El "índice de natalidad" de las estrellas es algo que ciertamente no es fácil de determina. Las distancias en el universo son demasiado grandes para que los astrónomos sean capaces de contar todos los cuerpos celestes de reciente formación con la ayuda de telescopios por lo que es una suerte que las estrellas emergentes se muestren a sí mismas mediante una señal característica conocida como emisiones "H-alfa"
Cuanto mayor número de estrellas se estén formando en una región concreta del firmamento, más rayos H-alfa se emiten desde esa región.
Aparentemente, están emergiendo más estrellas recién nacidas en el universo de lo que anteriormente se presumía, dicen los investigadores de la Universidad de Bonn quienes publicaron un artículo en “Nature” explicando que un error sistemático en el método de estimación ha dado como resultado un número menor.
“Las emisiones H-alfa sólo tienen lugar en la vecindad de las estrellas muy pesadas”, explica Jan Pflamm-Altenburg del Instituto Argelander de Astronomía en la Universidad de Bonn. Se ha aceptado desde hace mucho tiempo que las estrellas pesadas y ligeras siempre nacían con una razón concreta entre sí. Un “bebé H-alfa” se cree que viene acompañado de 230 estrellas más ligeras con una masa mucho menor de lo necesario para emitir rayos H-alfa.
No obstante, las nuevas observaciones hace insostenible esta teoría. En los límites de los “galaxias disco” (como la Vía Láctea) la radiación H-alfa cesa de forma abrupta. Durante un largo tiempo los astrónomos concluyeron a partir de este hallazgo que no nacía ninguna estrella en esta región. “La explicación ofrecida es simplemente que hay muy poca materia gaseosa para que colapse en bolas y formar estrellas”, dice Jan Pflamm-Altenburg. “Estas teorías informan en gran parte de cómo se desarrollaron las galaxias desde el Big Bang a la actualidad”.
Una misión de satélite ha revelado recientemente que las estrellas de hecho se forman más allá del perímetro H-alfa. Estas estrellas son, sin excepción, tal ligeras que no emiten nada de radiación H-alfa. Por consiguiente, el índice numérico de 230 estrellas ligeras por cada una pesada no se aplica en los límites de las galaxias. “Esta observación se presentó a la comunidad astronómica como una adivinanza”, dice el Profesor Dr. Pavel Kroupa del Instituto Argelander.
Kroupa y Pflamm-Altenburg han llegado a una solución la cual, dice, es esencialmente muy simple. Apuntan que el nacimiento estelar no está distribuido equitativamente a lo largo de las galaxias sino que se centra en los cúmulos estelares – ejemplos bien conocidos son las Siete Hermanas y la Nebulosa de Orión. Y sólo los cúmulos grandes altamente masivos producen estrellas pesadas, es decir, las estrellas recién nacidas que pueden crear emisiones H-alpha.
“Pero estos cúmulos de estrellas pesadas tienen lugar principalmente en las regiones del núcleo de las galaxias disco”, dice Jan Pflamm-Altenburg. “Hacia los bordes se hacen increíblemente raras. Las regiones exteriores tienden a contener cúmulos menores en los que la formación de estrellas más ligeras es más frecuente”.
La conclusión es que el índice numérico de 230 a 1 es sólo válido para los centros galácticos. En los bordes de las galaxias cada “bebé H-alfa” podría estar acompañado por mil estrellas ligeras o más. Estos astrónomos que usan el mismo factor para calcular la formación estelar total a partir de sus lecturas de H-alfa, por tanto, subestiman el número de estrellas recién nacidas.
El trabajo teórico de los dos astrofísicos de Bonn declara que la masa de las nuevas estrellas depende linealmente del gas en su vecindad. Sus conclusiones abren completamente nuevas perspectivas de investigación en el desarrollo de galaxias.
Fuente | Ciencia kanija
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