La sombra y el campo magnético de Júpiter contribuyen a la formación de sus anillos

Londres.- La sombra y el potente campo magnético de Júpiter contribuyen a la formación de sus anillos externos, según un artículo de científicos estadounidenses publicado por la revista científica británica "Nature".



Imagen de la NASA, que revela estructuras nubosas en la atmósfera, alrededor del polo sur del planeta Júpiter.

El polvo que rodea a Júpiter, y que integra sus órbitas, procede de los impactos de cuerpos interplanetarios contra las pequeñas lunas que pertenecen al planeta.

Este material se organiza en un anillo principal brillante, un halo y dos anillos exteriores anchos y de poca luminosidad que están limitados por las lunas Adrastea, Metis, Amaltea y Tebe.

El anillo más externo es el más tenue y tiene una prolongación apenas visible hacia su borde exterior, un "misterioso límite".

A partir de los datos recabados por la nave espacial Galileo durante su viaje a través de los anillos de Júpiter en 2002 y 2003, dos científicos de la universidad de Maryland (Estados Unidos), Douglas Hamilton y Harald Krüger, han podido explicar cómo se formó esa prolongación.

Los investigadores descubrieron un agujero en los anillos cuando éstos estaban dentro de la órbita de Tebe, así como granos de polvo en trayectorias muy inclinadas y una concentración de partículas muy pequeñas en la órbita de Amaltea.

Los granos de polvo se cargan y descargan alternativamente al atravesar los límites de la sombra de Júpiter, lo que confiere al poderoso campo magnético del planeta un comportamiento excéntrico desde el punto de vista orbital.

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