Un nuevo y controversial estudio aboga por la existencia de unas “estructuras” desconocidas que tironean de nuestro universo cual magnetos cósmicos. Han apodado a este fenómeno astrofísico como “flujo oscuro”, y está relacionado con el multiverso.
Se dice que todo en el Universo conocido se está moviendo hacia masivos grupos de materia a más de 3,2 millones de kilómetros por hora, un movimiento que los investigadores han llamado “flujo oscuro” (dark flow).
La presencia de la materia extra universal sugiere que nuestro universo es parte de algo mayor, el multiverso, y que lo que sea que está allí fuera es muy diferente del universo que nosotros conocemos, según el director del estudio, Alexander Kashlinsky, astrofísico de la NASA.
Esta es una de esas teorías, que si logra conseguir pruebas podría reescribir las leyes de la física. Los modelos más aceptados hoy en día dicen que al universo conocido es esencialmente el mismo como el resto del espacio tiempo.
El flujo oscura fue nombrada así como un guiño a la energía oscura y a la materia oscura, otros dos fenómenos astrofísicos todavía sin explicar.
El tema es que este flujo oscuro no puede ser explicado por y en relación con la expansión del universo, así que los investigadores creen que los dos tipos de movimiento están sucediendo al mismo tiempo.
Para poder imaginarse esto mejor, piensen que están flotando en medio de un vasto océano. Si miran para todos lados, se ven las aguas tranquilas, suaves, al igual que los astrónomos creen que es el universo. Uno pensaría que más allá del horizonte, ese océano sería igual de suave.
“Pero después descubrirías una corriente en tu océano”, dice Kashlinsky. “Así entonces deducirías que todo el cosmos no es exactamente como uno lo pude ver dentro de su propio horizonte”.
Debe haber algún río de montaña que no podemos ver empujando el agua. O en el caso cosmológico, Kashlinsky y colegas especulan que “este movimiento es causado por estructuras que están mucho más allá del actual horizonte cosmológico, que está a más de 14 mil millones de años luz”.
Los investigadores estudiaron la radiación de fondo dejada luego del nacimiento del universo, 380 mil años después del Big Bang.
El gas caliente de los cúmulos de galaxias, dicen los autores, calientan las microondas de la radiación de fondo y un muy pequeño componente de esta temperatura contiene información sobre la velocidad del grupo.
Si el grupo se moviese más rápido o más despacio que la radiación de fondo del universo, uno podría esperar ver que ese fondo se calentaría levemente en esa región del universo, como resultado de una fricción entre electrones.
El equipo de investigadores estudió más de 700 cúmulos de galaxias. Esperaban encontrar que los cúmulos más alejados se moviesen más lentamente, pero lo que descubrieron es que todos se mueven a la misma velocidad (3,2 millones de kilómetros por hora) y en una única dirección.
Kashlinsky dice que si bien esta corriente oscura fue descubierta en los cúmulos de galaxias, también se podría aplicar a todo tipo de estructura del universo conocido.
Para explicar esta corriente oscura, los investigadores se volvieron hacia la teoría que sostiene que la inflación rápida que se dio luego del Big Bang, empujó trozos de materia más allá del universo conocido.
Esta materia extra universal al parecer jala o tironea de la materia de nuestro universo, y causa así esta corriente de galaxias que se puede observar en el horizonte observable.
El artículo fue publicado en octubre en Astrophysical Journal Letters.
Fuente | Espacio Ciencia
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