Puede haberse observado el primer agua líquida sobre Marte

El aterrizador Phoenix de la NASA puede haber captado las primeras imágenes de agua líquida en Marte – gotitas que aparentemente salpicaron las patas de la nave durante el aterrizaje, de acuerdo con algunos miembros del equipo de Phoenix.

La controvertida observación podría explicarse por el anterior descubrimiento de la misión de sales de perclorato en el suelo, dado que las sales pueden mantener el agua líquida a temperaturas por debajo de cero grados. Los investigadores dicen que este efecto anticongelante hace posible que el agua líquuda sea abundante justo bajo la superficie de Marte, pero apunta que incluso si está allí, puede ser demasiado salada para soportar la vida que conocemos.





Unos días después del aterrizaje de Phoenix el 25 de mayo de 2008, envió una imagen mostrando unas misteriosas salpicaduras de material en una de sus patas. Extrañamente, las salpicaduras crecieron de tamaño en las siguientes semanas, y los científicos de Phoenix han estado debatiendo el origen de los objetos desde entonces.

Una intrigante posibilidad es que fuesen gotas de agua salada que crecen absorbiendo vapor de agua de la atmósfera. Los argumentos para esta idea recaen en un estudio del miembro del equipo de Phoenix Nilton Renno de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, y que tiene como co-autores a otros 21 investigadores, incluyendo al científico jefe de la misión, Peter Smith de la Universidad de Arizona en Tucson. El estudio se presentará en marzo en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria en Houston, Texas.

Agua dispersa

Los enromes cañones y canales similares a ríos atestiguan el hecho de que en un momento fluyeron grandes cantidades de agua líquida sobre Marte. La superficie ahora parece seca, aunque la apariencia cambiante de algunos barrancos en cráteres en un periodo de varios años ha apuntado a la existencia de acuíferos subsuperficiales que ocasionalmente liberan estallidos de agua.

Ciertamente, el lugar de aterrizaje de Phoenix en el ártico marciano, es demasiado frío para que exista agua pura en forma líquida –la temperatura nunca subió de los –20º C durante los cinco meses de duración de la misión.

Pero el agua salada puede permanecer líquida a temperaturas mucho más bajas. Y las sales de percloratos, que se detectaron por primera vez en Marte gracias a Phoenix, tendrían un efecto especialmente drástico de “anticongelante”. Una mezcla extremadamente salada de agua y percloratos podría mantenerse líquida hasta los –70ºC.

Si los percloratos están dispersos por Marte en altas concentraciones, entonces también podría haber bolsas de agua líquida bajo la superficie del planeta. “De acuerdo con mis cálculos, puedes tener soluciones salidas líquidas justo bajo la superficie prácticamente en cualquier punto de Marte”, dijo Renno a New Scientist.

Y Phoenix puede haber captado imágenes de agua que se mantuvo líquida gracias a las sales de percloratos.

Hielo fundido

Los cúmulos pueden haber procedido de hielo fundido por los impulsores del aterrizador. Los impulsores de Phoenix limpiaron el lugar de aterrizaje, exponiendo la capa de hielo de debajo.

Los experimentos de laboratorio que el equipo llevó a cabo en la Tierra sugieren que los impulsores habrían fundido el hielo en el milímetro superior aproximadamente de la capa y entonces podría haber salpicado agua fundida a la pata del aterrizador. Si hubiese suficiente perclorato mezclado en las gotas, podría haber permanecido líquido durante el día, aunque se habría congelado cada noche.

Alternativamente, Renno dice que los cúmulos pueden haberse formado a partir de una capa de perclorato rica en agua que ya era líquida.

¿Por qué el equipo piensa que podría ser agua líquida desde el primer momento? El argumento descansa en el hecho de que la sal el higroscópica, lo que significa que atrae el agua. Por tanto, las gotas de fluido salado en Marte tenderían a absorber vapor de agua procedente de la atmósfera, explicando por qué los cúmulos crecieron con el tiempo. Es más, a las temperaturas y humedad observadas en el lugar de Phoenix, el índice de crecimiento esperado de las gotas saladas encaja con las observaciones, dice el equipo.

Lo más provocador son una serie de imágenes que parecen mostrar una gota candidata creciendo tras absorber el líquido de su vecina – un comportamiento que el equipo atribuye al agua líquida.

Historia convincente

Mark Bullock del Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado, que ha experimentado con agua salada bajo condiciones marcianas pero no estuvo implicado en el estudio de Renno, está impresionado con los resultados. “Creo que es una historia bastante convincente para la existencia de esta exótica salmuera en la para del aterrizador Phoenix”, dijo a New Scientist.

Pero el miembro del equipo de Phoenix Michael Hecht del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, no está de acuerdo. Dice que los cúmulos posiblemente son trozos de hielo que se formaron y crecieron a partir de congelar vapor de agua en la pata.

Renno responde que el hielo probablemente se sublimaría en lugar de crecer en la pata, la cual habría estado caliente por el calor filtrado desde el cuerpo de la nave. Es más, la capa de hielo expuesta bajo Phoenix se observó que se evaporaba con el tiempo.

Pero Hecht argumenta que la pata puede haber estado más fría que sus alrededores. Aunque no había sensores de temperatura en la pata, dice que la superficie de la zona de hielo se calentaba directamente por la luz solar, mientras que la pata del aterrizador estaba en la sombra. El vapor de agua que se sublimó del hielo bajo Phoenix podría haberse recondensado en su pata fría, comenta.

¿Demasiado salado para la vida?

Phoenix, que agotó su energía solar cinco meses después del aterrizaje, no se espera que vuelva a despertar, por lo que no hay forma de hacer más investigaciones sobre las salpicaduras en su pata. Pero Renno espera apoyar el caso de las gotas saldas con futuros experimentos sobre agua rica en perclorato bajo las condiciones marcianas. Dice que estas pruebas se completarán en unos meses.

Independientemente del resultado, el descubrimiento de percloratos en el suelo marciano sugiere que puede haber bolsas de agua líquida salpicando el planeta. ¿Podría la vida llegar a existir en tales bolsas? “Es posible”, dice Renno, señalando que hay microorganismos en la Tierra que pueden sobrevivir en condiciones extremas, incluyendo agua muy salada.

Pero puede ser difícil. Una forma de describir las concentraciones de sal es con un número conocido como actividad del agua, el cual es 1 para el agua pura y menor para soluciones más saladas. El organismos más tolerante a la sal conocido en la Tierra es un hongo que puede sobrevivir bajo agua con una actividad de 0,61.

No obstante, al bajar el puntos de congelación del agua de hasta –70ºC con percloratos, la concentración necesaria de sales de percloratos daría una actividad del agua de apenas 0,5. “Si intentas poner cualquier tipo de forma de vida terrestre que imagines en una solución de salmuera de este tipo, el agua sería extraída de las células”, dijo el líder de la misión Peter Smith a New Scientist.

Fuente | Ciencia kanija

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Nuevas estrellas de viejo gas sorprenden a los astrónomos

Las pruebas del nacimiento estelar dentro de una nube de gas primordial han dado a los astrónomos una visión de un modo anteriormente desconocido de formación de galaxias. La nube, conocida como el Anillo de Leo, parece carecer de materia oscura y los elementos pesados que normalmente encontramos en las galaxias actuales. El inesperado descubrimiento llega gracias a los instrumentos a bordo del Explorador de Evolución de Galaxias (GALEX) de la NASA los cuales son sensibles a la radiación ultravioleta emitida por las estrellas de reciente formación.

El equipo, liderado por el astrónomo David Thilker de la Universidad Johns Hopkins, incluyó a Barry Madore y Mark Seibert de los Observatorios Carnegie. “Esto demuestra el tremendo poder de observar el ultravioleta en el espacio”, dijo Seibert. “Descubriendo la formación estelar en lo que probablemente es una nueva clase de galaxia enana, el Explorador de Evolución Galáctica está ciertamente haciendo honor a su nombre”.



El Anillo de Ring, descubierto en 1983 por radioastrónomos, es una nube de gas de hidrógeno y helio que orbita dos galaxias en la constelación de Leo. La nube es casi invisible en las longitudes de onda ópticas, y desde su descubrimiento, los astrónomos han buscado estrellas dentro de él sin éxito. El lanzamiento de la nave GALEX en 2003 con detectores UV ultra-sensibles ha hecho posible explorar nuevas longitudes de onda y detectar emisiones ultravioleta procedentes de las regiones de formación estelar de la nube, lo cual interpretan los astrónomos que son pequeñas galaxias conocidas como galaxias enanas.

Medidas anteriores de la masa y velocidad de los cúmulos de hidrógeno dentro del Anillo de Leo sugieren una carencia significativa del componente de materia oscura, un aspecto que distingue estos lugares recientemente descubiertos de formación estelar de otros conocidos como galaxias enanas. Dado que en los modelos cosmológicos actuales las galaxias se forman en asociación con un “halo” masivo de materia oscura, esto sugiere que las nuevas galaxias se formaron a través de un proceso distinto y aún no comprendido.

Dado el inmenso tamaño del Anillo de Leo, es improbable que el gas que comprende haya sido reciclado o extraído de las galaxias centrales. Es concebible que este gas haya permanecido intacto desde el inicio del universo. De ser así, las galaxias enanas de reciente formación podrían estar hechas casi por completo de hidrógeno y helio puros y carecer de elementos más pesados (“metales” en la terminología astronómica). El Anillo de Leo y sus recientemente descubiertas galaxias enanas proporcionarían entonces a los astrónomos una oportunidad cercana de ver cómo tuvo lugar, probablemente, la formación galáctica en los inicios del universo.

El nuevo tipo de galaxia enana puede tener mucho en común con el inicio del universo, cuando habrían sido más abundantes las nubes de gas prístino. El descubrimiento abre una nueva ventana al proceso de formación estelar en gases primordiales no enriquecidos con elementos pesados.

“La siguiente fase es seguir a estos objetos con espectroscopía y fotografía profunda desde tierra”, dijo el astrónomo de Carnegie Barry Madore, que es coautor del artículo y co-investigador de la misión GALEX. “Hay prevista una observación desde el telescopio Baade de 6,5 metros de Carnegie para esta primavera”.

El artículo aparece en el ejemplar del 19 de febrero de 2009 de la revista Nature.

Fuente | Ciencia kanija





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Un cometa verde se aproxima a la Tierra

En 1996, un niño de 7 años, en China, se inclinó sobre el ocular de un pequeño telescopio y vio algo que cambiaría su vida: un cometa de extravagante belleza, brillante e hinchado, con una activa cola. Al principio pensó que él mismo lo había descubierto, pero no, se enteró que dos hombres llamados “Hale” y “Bopp” le habían ganado de mano. Dominando su decepción, el joven Quanzhi Ye tomó la decisión de encontrar su propio cometa algún día.

Y un día lo encontró.

Adelantemos el tiempo a una tarde de verano, en julio de 2007. Ye, ahora de 19 años y estudiante de meteorología en la Universidad Sun Yat-sen, de China, se inclinó sobre su escritorio para mirar un campo de estrellas en blanco y negro. La fotografía fue tomada algunas noches antes por el astrónomo taiwanés Chi Sheng Lin, quien se encontraba “patrullando el cielo” en el Observatorio Lulin. El dedo de Ye se movía de punta a punta —y se detuvo. Una de las estrellas no era una estrella, era un cometa y, esta vez, Ye lo vio primero.

El cometa Lulin, llamado de ese modo en honor al observatorio en Taiwán donde fue tomada la fotografía del descubrimiento, se está acercando a la Tierra ahora. “Es una belleza verde que podría ser observada a simple vista en cualquier momento”, dice Ye.

El astrónomo aficionado Jack Newton envía esta fotografía desde su observatorio, ubicado en su patio trasero, en Arizona:


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“Mis ojos ya cansados todavía no pueden ver el cometa que se está haciendo más brillante”, dice Newton, “pero mi telescopio de 14 pulgadas lo captó bastante bien el 1 de febrero.”



El cometa realizará su máximo acercamiento a la Tierra (0.41 UA) el 24 de febrero de 2009. Las estimaciones actuales establecen el máximo brillo en 4ta. o 5ta. magnitud, lo cual significa que será necesario que el cielo esté oscuro para poder verlo. Sin embargo, nadie puede asegurarlo debido a que ésta parece ser la primera visita de Lulin al sistema solar interior y también su primera exposición a luz solar intensa. Puede haber sorpresas.

El color verde de Lulin proviene de los gases que componen su atmósfera, la cual es del tamaño de Júpiter. Chorros lanzados desde el núcleo del cometa contienen cianógeno (CN: una gas venenoso encontrado en muchos cometas) y carbono diatómico (C2). Ambas sustancias brillan de color verde cuando son iluminadas por la luz solar en el casi vacío del espacio.

En 1910, muchas personas entraron en pánico cuando los astrónomos revelaron que la Tierra pasaría a través de la cola del cometa Halley, rica en cianógeno. Falsa alarma: la tenue cola del cometa no podría penetrar la densa atmósfera de la Tierra; incluso si hubiera penetrado, no había suficiente cianógeno como para causar un problema real. El cometa Lulin provocará aún menos problemas que el Halley. En su máximo acercamiento, a fin del mes de febrero, Lulin se detendrá a 61 millones de kilómetros (38 millones de millas) de distancia de la Tierra, lo cual resulta completamente inofensivo.

Para ver al cometa Lulin con sus propios ojos, coloque su alarma a las 3 de la madrugada. El cometa sale unas pocas horas antes que el Sol y se lo puede hallar aproximadamente en un tercio del cielo, en el Sur. Aquí se detallan algunas fechas en las cuales es especialmente fácil encontrarlo:

sky mapFeb. 6: El cometa Lulin pasa cerca de Zubenelgenubi, una estrella doble en el fulcro de las balanzas de Libra. Zubenelgenubi no sólo es divertido de pronunciar, sino que también es una guía útil. Usted puede ver a Zubenelgenubi a simple vista (es casi tan brillante como las estrellas en la Osa Mayor); los binoculares apuntados hacia la estrella binaria revelan al cometa Lulin en una bella proximidad. [Mapa del cielo]

Feb. 16: El cometa Lulin pasa cerca de Spica, en la constelación de Virgo. Spica es una estrella de primera magnitud y una guía que ni siquiera los astrónomos de la ciudad pueden perderse. Un telescopio buscador apuntado hacia Spica capturará al cometa Lulin en el campo de visión, centrando la óptica a un pequeño paso de ambos objetos. [Mapa del cielo]

Feb. 24: ¡El máximo acercamiento! En esta especial mañana, Lulin estará a sólo unos pocos grados de Saturno, en la constelación de Leo. Saturno se puede observar a simple vista y lo mismo podría suceder con Lulin. Si esto no lo saca de la cama, nada lo hará. [Mapa del cielo]

Ye hace notar que el cometa Lulin es interesante no solamente por su extraña belleza, sino también por la rara manera en la cual fue descubierto. “Éste es un ‘cometa de colaboración’ entre astrónomos taiwaneses y chinos”, dice. “El descubrimiento no se hubiera podido realizar sin la contribución de ambos lados del estrecho que separa nuestros países. Chi Sheng Lin y otros miembros del equipo del Observatorio Lulin me permitieron obtener las imágenes que quería, mientras que yo analicé los datos y encontré al cometa”.

En algún lugar, este mes, imagina Ye, otro jovencito se inclinará sobre un ocular, verá al cometa Lulin y sentirá la misma emoción que él sintió cuando observó al cometa Hale-Bopp, en 1996. ¿Y quién sabe hacia dónde podría conducir esto…?

“Espero que mi experiencia pueda inspirar a otros jóvenes a perseguir los mismos sueños estelares que yo”, dice.

Fuente | NASA


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Nuevos mapas detallados de la Luna


El mapa más detallado de la Luna reveló cráteres nunca antes vistos en los polos lunares. El mapa también revela secretos del interior del satélite.




El mapa fue publicado en Science por un equipo internacional de científicos.

“La superficie nos puede decir mucho acerca de lo que está pasando en el interior de la Luna, pero hasta ahora el mapeo ha sido limitado”, indicó C.K. Shum, profesor en la Universidad de Ohio y parte del equipo. “Con estos nuevos mapas de alta definición, podemos confirmar que hay muy poca agua en la Luna actualmente, incluso en su profundo interior. Y podemos usar esa información para pensar acerca del agua en otros planetas, incluyendo Marte”.



Los científicos mapearon el satélite natural de la Tierra con el satélite SELENE, a través del instrumento a bordo LALT. SELENE, también conocido como Kaguya, es una sonda japonesa de estudio de la Luna. El principal investigador del instrumento, Hiroshi Aracki del Observatorio Nacional de Japón, es el autor líder del estudio.

El mapa es el primero en cubrir la Luna de polo a polo, con detalladas mediciones de la topografía de la superficie, en ambos lados de la Luna. El punto más alto -en el anillo del cráter Dririchlet-Jackson cerca del ecuador- se eleva 11 kilómetros, mientras el punto más bajo, la base del cráter Antoniadi cerca del polo sur, es de 9 kilómetros de profundidad.

En parte, el nuevo mapa servirá como guía para futuros rovers lunares. Pero Araki y sus colegas hicieron algo más con el mapa:midieron la rugosidad de la superficie y usaron esa información para calcular la rigidez de la corteza.

Si el agua fluyó debajo de la superficie, la corteza sería algo flexible, pero no lo es. La superficie es demasiado rígida para permitir el agua líquida, incluso en lo profundo de la Luna.

La superficie de la Tierra es más flexible, en contraste, con la superficie elevándose o descendiendo al fluir el agua debajo o arriba del suelo. Incluso las placas tectónicas de nuestro planeta son debidas a la lubricación líquida de la corteza.

¿Y Marte? En una escala de rigidez de la superficie, cae entre la Tierra y la Luna, lo que indica que pudo haber habido agua líquida, pero la superficie es ahora muy seca.



Hasta aquí, no hay sorpresas. Pero la rigidez de Marte junto con la completa ausencia de placas tectónicas sugiere que si hay agua en el interior del planeta rojo, no está localizada cerca de la superficie, donde podría lubricar la corteza, explicó Shum.

El mapa de LALT es el más detallado que alguna vez se creado de la Luna. Las tres últimas misiones Apolo mapearon parte de la superficie en la década de 1970 y la misión Clementine en 1994 logró una resolución entre 20-60 kilómetros en ciertos lugares, pero no en toda la superficie.

La misión SELENE ofrece una resolución de 15 kilómetros consistentemente en toda la superficie, gracias a un sistema de rastreo satelital.

El mapa reveló también varios cráteres menores en los polos que nunca habían sido vistos. Por ejemplo, un cráter de 15 km de diámetro puede ser visto dentro del cráter mayor Gerlache en el polo sur.

Fuente | Ultimas noticias del cosmos

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Los cosmólogos "ven" el amanecer cósmico

Los científicos han usado una simulación por ordenador para predecir qué aspecto habría tenido el joven universo apenas 500 millones de años tras el Big Bang.

Las imágenes, generadas por científicos del Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham, muestran el "Amanecer Cósmico" – la formación de las primeras grandes galaxias en el universo.






El amanecer cósmico comenzó cuando las galaxias empezaron a formarse a partir de los restos de las estrellas masivas que explotaron poco después del inicio del universo. Los cálculos de Durham predicen dónde aparecen estas galaxias y cómo evolucionaron hasta la actualidad, 13 000 millones de años más tarde.

Los investigadores esperan que sus hallazgos, los cuales destacan las galaxias de formación estelar, mejorarán su comprensión de la materia oscura – una misteriosa sustancia que se cree que forma el 80 por ciento de la masa del universo.

La gravedad producida por la materia oscura es un ingrediente esencial en la formación de galaxias y estudiando sus efectos los científicos finalmente esperan aprender más sobre qué es esta sustancia.

La investigación se publica en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society y está patrocinada por el Consejo de Instalaciones Tecnológicas y Científicas (STFC) y la Comisión Europea.

El trabajo combinado de una simulación masiva muestra cómo las estructuras crecen en materia oscura con un modelo que muestra cómo la materia normal, como el gas, se comporta para predecir cómo crecen las galaxias.

El gas nota el tirón de la gravedad procedente de la materia oscura y se calienta antes de enfriarse liberando radiación y convirtiéndose en estrellas.

Las imágenes de la simulación muestra qué galaxias están formando estrellas más vigorosamente en un momento dado. Aunque las galaxias son mayores en la actualidad, el índice de creación de estrellas ha caído enormemente en comparación con los del joven universo.

Los cálculos del equipo de Durham, apoyados por científicos de la Universidad Católica en Santiago, Chile, pueden contrastarse contra nuevas observaciones que llegan a las etapas iniciales de la historia del universo casi mil millones de años después del Big Bang.

El autor principal, Alvaro Orsi, investigador posgraduado en el Instituto de Cosmología Computacional (ICC) de la Universidad de Durham, comentó: “Efectivamente, estamos mirando atrás en el tiempo y haciéndolo esperamos aprender cosas sobre cómo se formaron galaxias como la nuestra y comprender más sobre la materia oscura.

“La presencia de materia oscura es clave para construir galaxias – sin materia oscura no estaríamos hoy aquí”.
El coautor Dr. Carlton Baugh, Miembro Investigador de la Sociedad Real, en el ICC de la Universidad de Durham, dijo: “Nuestra investigación predice qué galaxias crecen a través de la formación de estrellas en distintos momentos de la historia de nuestro universo y cómo se relacionan con la materia oscura.

“Le damos al ordenador lo que creemos que es la receta para la formación de galaxias y lo que se genera se comprueba contra las observaciones de galaxias reales”.

El Profesor Keith Mason, Director Ejecutivo del Consejo de Instalaciones Científicas y Tecnológicas, dijo: “La cosmología computacional desempeña un papel importante en nuestra comprensión del universo. No sólo estas simulaciones nos permiten observar el tiempo de los inicios del universo sino que complementa el trabajo y observaciones de nuestros astrónomos”.

Fuente | Ciencia kanija

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Nuevas pistas sobre la formación de la Vía Láctea

Una investigación internacional, en la que participan científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), demuestra que la formación de nuestra galaxia fue rápida y en dos fases diferenciadas. Las observaciones, realizadas con el telescopio espacial Hubble, han permitido estudiar con una precisión sin precedente la edad relativa de 64 cúmulos globulares, unos de los objetos más antiguos del Universo.

Un grupo internacional de astrónomos, formado por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y de varios centros de Italia y de Estados Unidos, ha descubierto nuevos datos que demuestran que la Vía Láctea se formó por dos procesos diferenciados: uno rápido en el que se formaron gran parte de las estrellas y los cúmulos globulares que ahora pueblan el halo galáctico; y otro más lento de acrecimiento o adición progresiva de otras galaxias enanas que fueron devoradas por la nuestra.



La investigación se ha centrado en el estudio de las edades relativas de los cúmulos globulares de la Vía Láctea. Los cúmulos globulares son agrupaciones de estrellas muy viejas. Al estar entre los objetos más antiguos del Universo, constituyen una de las claves principales para entender la formación y evolución temprana de cualquier galaxia. Existen cerca de 150 cúmulos globulares catalogados en la Vía Láctea.

El reciente estudio forma parte del denominado Hubble Treasury Program, calificativo que reciben aquellas investigaciones preferentes que integran el legado del Hubble. Obtuvo la concesión de 130 órbitas de observación con el telescopio espacial, lo que permitió estudiar un total de 64 cúmulos globulares con una precisión sin precedente hasta la fecha. “La diferencia entre la calidad de estos datos y los anteriores es enorme y nos ha permitido desarrollar aproximaciones metodológicas totalmente nuevas y más precisas para la determinación de edades”, señala Antonio Aparicio, investigador del IAC, profesor de Física Galáctica en la Universidad de La Laguna (ULL) y miembro del equipo.

Gracias a la combinación de los nuevos datos y al desarrollo de un nuevo método de análisis, los investigadores han podido confirmar que la mayor parte de los cúmulos globulares que rodean la galaxia son muy antiguos, unos 12.800 millones de años, y tienen la misma edad, dentro de un rango de 800 millones de años, lo que se considera muy breve en este contexto. Esto demuestra que el proceso principal por el que se formó la galaxia dio lugar al nacimiento sincronizado de la mayor parte de las estrellas y cúmulos globulares que pueblan ahora el halo de la Vía Láctea.

Formación por entregas

No obstante, las observaciones han encontrado un grupo diferenciado de cúmulos globulares más jóvenes que representan las trazas de un proceso posterior y más lento, de unos 5.000 millones de años de duración. Estos cúmulos se habrían formado en galaxias enanas fuera de la Vía Láctea que después fueron engullidas por ésta. “Nunca se habían encontrado evidencias tan claras de la presencia de dos grupos diferenciados de cúmulos globulares dentro de la Vía Láctea, lo que implica un proceso de formación de la galaxia en dos fases”, apunta Antonio Marín Franch, investigador del IAC y uno de los miembros del equipo.

Respecto a los cúmulos más jóvenes los astrónomos se han visto sorprendidos por el nuevo hallazgo al comprobar que éstos presentan una relación muy marcada entre su edad y su composición química. Excepto el hidrógeno y parte del helio, los elementos químicos se sintetizan en el interior de las estrellas que, a su muerte, son arrojados al medio interestelar para ser reciclados en nuevos astros y planetas. Como era de esperar, los cúmulos globulares más viejos presentan unas abundancias dispares. Pero no hay, por el momento, una explicación a la relación entre la edad y composición en los más jóvenes, ya que parece claro que se formaron en distintas galaxias enanas. Según Aparicio, “la pregunta abierta en la que los investigadores estamos trabajando en la actualidad es: ¿cómo unos cúmulos formados en distintas galaxias pueden obedecer a una única relación entre edad y composición química?”.

Aunque los resultados no entran en contradicción con el modelo teórico estándar de formación de galaxias, la investigación obliga a los cosmólogos a replantearse el esquema vigente. “Desde el punto de vista cosmológico hay que dar una explicación de cómo se formaron la generalidad de los cúmulos globulares de la Vía Láctea en un proceso tan rápido y qué significa esta dispersión de abundancias químicas”, explica Aparicio. Según la investigación, el mecanismo de formación de galaxias no sólo estaría regido estrictamente por las condiciones iniciales del Universo, sino que tuvo que haber otros mecanismos en acción. “Estas observaciones suponen un reto para la cosmología que tiene que ajustar su esquema para dar cuenta de este resultado”, añade Marín Franch.

El artículo aparecerá publicado en el mes de marzo en la revista especializada Astrophysical Journal. En el trabajo han participado los investigadores del IAC Antonio Marín Franch, Antonio Aparicio y Alfred Rosenberg, que lideran el estudio sobre edades relativas, además de Giampaolo Piotto, de la Universidad de Pádua, y Ata Sarajedini, investigador de la Universidad de Florida y coordinador general del grupo internacional para el estudio de los cúmulos globulares, entre otros investigadores.

Fuente | Ciencia kanija


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Cometas "oscuros" pueden suponer una amenaza para la Tierra

Los cometas oscuros pueden estar merodeando por el Sistema Solar, suponiendo una amenaza para la Tierra.

Los comentas y asteroides peligrosos son monitorizados por distintas agencias espaciales bajo un esfuerzo conjunto conocido como Spaceguard. La inmensa mayoría de objetos encontrados hasta el momento son asteroides rocosos. Aún así, los astrónomos con sede en el Reino unido Bill Napier en la Universidad de Cardiff y David Asher del Observatorio Armagh en Irlanda del Norte afirman que muchos cometas podrían seguir sin detección. "Podría darse el caso de que los cometas oscuros durmientes sean un peligro significativo pero mayormente invisible", dice Napier.




En un trabajo anterior, Napier y Janaki Wickramasinghe, también de Cardiff, han sugerido que cuando el Sistema Solar hace su peso periódico a través del plano galáctico, lanza comentas en nuestra dirección (New Scientist, 19 April 2008, p 10).

Estas periódicas lluvias de cometas parecen correlarse con las fechas de antiguos cráteres de impacto encontrados en la Tierra, lo cual sugiere que la mayor parte de los impactadores del pasado fueron cometas, no asteroides.

Ahora Napier y Asher advierten que algunos de estos cometas pueden estar aún volando por el Sistema Solar. Otras observaciones apoyan su idea. El índice al que los brillantes cometas entran en el Sistema Solar implica que debería haber 3000 de ellos volando por los alrededores, aunque sólo hay 25 conocidos.

Puede que no los veamos, dicen ambos, simplemente por que son demasiado oscuros (Astronomy & Geophysics, DOI: 10.1111/j.1468-4004.2009.50118.x).

Tales cometas oscuros no son tan insólitos. Tienen lugar cuando el hielo de agua reflectante de un cometa “activo” se ha evaporado, dejando tras de sí una corteza orgánica que sólo refleja una pequeña fracción de luz.

En 1983, el Cometa IRAS-Araki-Alcock pasó sobre la Tierra a una distancia de 5 millones de kilómetros, el acercamiento más cercano conocido para un cometa en los últimos 200 años. Se observó apenas dos semanas antes de su máxima aproximación. “Sólo tenía un 1 por ciento de su superficie activa”, dice Napier. El Cometa Borrelly, visitado por la sonda Deep Space 1 de la NASA en 2001, se encontró que titne unas manchas oscuras extremadamente grandes sobre su superficie.

“Puede haber cierto mérito en esta idea”, dice Steve Larson del Estudio del Cielo Catalina de la Universidad de Arizona en Tucson, uno de los principales contribuyentes a Spaceguard.

Clark Chapman en el Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado, es escéptico, pero apunta que tales cometas oscuros “absorberían la luz solar muy bien” y por tanto sólo podrían detectarse por el calor que emiten.

Fuente | Ciencia kanija

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Hubble fotografía una extraña galaxia


El Cúmulo de Galaxias de Coma es una de las ricas colecciones de galaxias del universo cercano. El cúmulo, también conocido como Abell 1656, está aproximadamente a 320 millones de años luz de la Tierra y contiene más de 1000 miembros.

Ahora, el Telescopio Espacial Hubble ha revelado finos detalles de la galaxia, conocida como NGC 4921, así como un fondo extraordinariamente rico de galaxias más lejanas de los inicios del universo.



El cúmulo está en la constelación del norte de Coma Berenices, la cabellera de la Reina Berenice. Las galaxias más brillantes se descubrieron a finales del siglo XVIII por parte de William Herschel.



Las galaxias en los cúmulos ricos sufren muchas interacciones y fusiones que tienden gradualmente a convertir las espirales ricas en gas en sistemas elípticos sin formación estelar activa. Como resultado existen muchas más elípticas y menos espirales en el Cúmulo de Coma de lo que podemos encontrar en otros rincones más tranquilos del universo.

NGC 4921 es una de las raras espirales en Coma, y otra bastante poco usual es un ejemplo de “espiral anémica” donde la vigorosa formación espiral habitual que crea los familiares brazos espirales de la galaxia son mucho menos intensos. Como resultado hay un delicado remolino de polvo en un anillo alrededor de la galaxia, acompañado por algunas estrellas azules brillantes que están claramente separadas por la aguda visión de Hubble. Gran parte de la pálida estructura espiral en las partes exteriores de la galaxia son inusualmente suaves y le da a la galaxia la apariencia fantasmal de una vasta medusa translúcida.

Los largos tiempos de exposición y la aguda visión de Hubble también permitió no sólo fotografiar NGC 4921 en exquisito detalle sino también ver más allá en el universo lejano. Alrededor, en incluso a través de la propia galaxia, son visibles miles de galaxias mucho más remotas de todas las formas, tamaños y colores. Muchas tienen la apariencia moteada e irregular de galaxias en una época antes de que se hubiese establecido la familiar división en espirales y elípticas.

Las imágenes de Hubble usadas para hacer esta fotografía fueron obtenidas originalmente por un equipo liderado por Kem Cook (Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en California). El equipo usó Hubble para buscar estrellas Cefeidas variables en NGC 4921 que podrían usarse para medir la distancia al Cúmulo de Coma y por tanto el índice de expansión del universo.

Desafortunadamente, un fallo en la Cámara Avanzada para Estudios a principios de 2007 significó que no tenían suficientes datos para completar el programa original, aunque esperan continuar tras la puesta en servicio de la misión. Los datos de imágenes muy profundas como esta, que están disponibles para todo el mundo en los archivos de Hubble, pueden también usarse para otras exploraciones científicas de esta galaxia y sus alrededores.

Esta imagen se creó a partir de 50 exposiciones distintas a través de un filtro amarillo y otras 30 exposiciones usando un filtro del infrarrojo cercano en el Canal Gran Angular de la Cámara Avanzada de la Cámara Avanzada para Estudios de Hubble. Los tiempos de exposición total fueron de aproximadamente diecisiete horas y diez horas respectivamente.

El Telescopio Espacial Hubble es un proyecto de cooperación internacional entre ESA y NASA.

Fuente | Ciencia kanija

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La NASA observa el "lado oscuro" del Sol


Hoy, investigadores de la NASA anunciaron un evento que transformará nuestra visión del Sol y que, en el proceso, otorgará gran impulso al campo de la física solar en los próximos años.

“El 6 de febrero de 2011″, dice Chris St. Cyr, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales, “se jugará la edición XLV del Super Tazón, en Arligton, Texas”.

Esperen, no hablaremos de eso aquí.


“Y el mismo día”, añade, “las naves gemelas STEREO, de la NASA, estarán separadas por un ángulo de 180 grados y obtendrán imágenes de toda la superficie del Sol por primera vez en la historia”.


Derecha: Concepto artístico de una de las naves STEREO. [Imagen ampliada]

El despliegue de las naves STEREO, a ambos lados del Sol, resuelve un problema que los astrónomos han tenido durante siglos: en un instante dado, solamente pueden ver la mitad de la superficie de la estrella. El Sol gira sobre su propio eje cada 25 días, de modo que a lo largo de un mes, muestra su faz entera hacia la Tierra, pero un mes no es suficiente para llevar la cuenta de los eventos que tienen lugar en el Sol. Las manchas solares pueden materializarse, explotar y reagruparse en cuestión de días; los agujeros coronales se abren y se cierran; los filamentos magnéticos se tensan fuertemente y luego ¡puf!, explotan, lanzando nubes de gas caliente hacia el interior del sistema solar. La mitad de estas acciones no se ve; esto es un hecho que coloca en una situación algo incómoda a los encargados de realizar los pronósticos del tiempo en el espacio. ¿Cómo se puede anticipar tormentas si no se las ve venir? Del mismo modo, los investigadores no pueden llevar un registro de la evolución a largo plazo de las manchas solares o de la dinámica de los filamentos magnéticos porque se ocultan detrás del horizonte en momentos inoportunos. La vista global que proporcionarán las naves STEREO pondrá fin a estas dificultades.


Pero para lograr la vista global todavía faltan dos años. Ahora mismo, sin embargo, las dos naves están enviando imágenes que abarcan más allá del horizonte y que mantienen a los invesigadores y a los pronosticadores pegados a las pantallas de sus computadoras.

“Esta es una perspectiva que nunca habíamos tenido”, dice Lika Guhathakurta, científica de la misión STEREO, en las oficinas centrales de la NASA. “Estamos ahora monitorizando más de 270 grados de longitud solar: eso son tres cuartas partes de la estrella”.

“Después de todos estos años”, dice riendo, “finalmente estamos comenzando a ver el lado oscuro del Sol”.

(Nota del editor: El Sol no tiene un lado oscuro, es un chiste de la física solar.)

El viaje de las naves STEREO al “lado oscuro” comenzó el 25 de octubre de 2006, cuando las sondas gemelas dejaron la Tierra juntas a bordo de un cohete Delta II. A gran altura sobre la atmósfera, se separaron y viajaron hasta la Luna. Lo que sucedió después fue una primicia en el campo de la navegación espacial. La Luna actuó como onda gravitacional, impulsando a las dos sondas en direcciones opuestas (STEREO-A frente a la Tierra y STEREO-B detrás de ella). Desde entonces, se han ido separando paulatinamente. A continuación, se muestra la posición actual de las naves:

Arriba: Posición actual de las naves STEREO: Frente (rojo) y Detrás (verde) en relación con el Sol (naranja) y la Tierra (azul). Las líneas punteadas indican el desplazamiento angular desde la Tierra. [Más información]

Debido a la manera en la cual gira el Sol (en dirección contraria a las manecillas del reloj, en el diagrama que se muestra arriba), la nave STEREO-B puede ver por adelantado las manchas solares y los agujeros coronales antes de que giren hasta quedar frente a la Tierra; esto es ventajoso para los pronosticadores.

“Conozco a los pronosticadores del Centro de Predicciones del Clima Espacial (Space Weather Prediction Center, en idioma inglés) del NOAA que realizan un seguimiento muy cercano de la sonda”, dice St. Cyr. “Y eso les permite saber qué es lo que viene”.

En este momento, la sonda STEREO-B disfruta de una ventaja de 3 días de adelanto respecto de los observatorios terrestres. Esto ha permitido a los investigadores predecir tormentas geomagnéticas hasta 72 horas antes de que lo que se lograba con anterioridad. En varias ocasiones, a finales de 2008, la nave STEREO-B detectó, antes que ninguna otra nave, agujeros coronales que expelían viento solar. Cuando el viento solar golpeó la Tierra, el pronóstico de largo alcance de la sonda STEREO-B fue validado por auroras como éstas:

Arriba: El fotógrafo Brian Whittaker tomó esta fotografía desde la ventanilla de un avión que volaba sobre Groenlandia, el 9 de noviembre de 2008. Las auroras fueron iniciadas por un impacto de viento solar, el cual había sido anticipado por la sonda STEREO-B. Crédito: Spaceweather.com.

St. Cyr hace notar que los radioaficionados experimentados pueden participar en esta histórica misión ayudando a la NASA a capturar las imágenes enviadas por las naves STEREO. El atareado sistema de la Red del Espacio Profundo (Deep Space Network, en idioma inglés) recolecta los datos de las naves STEREO durante sólo tres horas por día. Eso es suficiente tiempo como para recolectar todos los datos del día anterior, pero a la NASA le gustaría poder monitorizar las transmisiones durante todo el día.

“Así que estamos construyendo una ‘mini Red del Espacio Profundo’ para establecer contacto permanente con las naves STEREO”, dice Bill Thompson, director del Centro Científico de STEREO (STEREO Science Center, en idioma inglés), en el Centro Goddard.

Las dos naves espaciales envían sus datos hacia la Tierra por medio de un faro de radio que opera en la banda X del espectro. Cualquier persona que posea una antena parabólica de 10 metros y un receptor adecuado puede captar las señales. Los datos se transmiten lentamente, (500 bits por segundo) y se necesitan de 3 a 5 minutos para descargar una imagen completa.

Hasta el momento, la mini red incluye estaciones localizadas en el Reino Unido, Francia y Japón —y Thompson está buscando más: “la NASA alienta a las personas que posean antenas de banda X para que se pongan en contacto con el equipo de STEREO. Estaremos encantados de trabajar con ellos y de encontrar la manera de que se unan a nuestra red”.

Las dos naves STEREO están calificadas como dos de los observatorios más sofisticados que la NASA ha lanzado al espacio hasta la fecha. Están equipadas con sensores que miden la velocidad, dirección y composición del viento solar; asimismo, poseen receptores que captan emisiones de radio producidas por explosiones y ondas de choque en la atmósfera del Sol y también cuentan con telescopios que forman imágenes de la superficie solar y de todas las tempestades que azotan furiosas allí, además de coronógrafos para monitorizar eventos en la atmósfera exterior del Sol.

“Así que, realmente”, dice Guhathakurta, “no solamente estamos viendo el lado oscuro del Sol, sino que también lo estamos sintiendo, poniendo a prueba y escuchando”.

Tal vez el domingo del Super Tazón nunca vuelva a ser igual.

Fuente | NASA


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Los astrónomos descubren un vínculo entre los agujeros negros supermasivos y la formación de galaxias

Una pareja de astrónomos de Texas y Alemania han usado un telescopio del Observatorio McDonald de la Universidad de Texas en Austin junto con el Telescopio Espacial Hubble y muchos otros telescopios de todo el mundo para descubrir nuevas pruebas de que las galaxias más grandes y masivas del universo y los agujeros negros supermasivos en sus corazones crecieron juntos a lo largo del tiempo.




“Evolucionaron simultáneamente”, dijo John Kormendy de la Universidad de Texas en Austin, que fue coautor de la investigación junto a Ralf Bender del Instituto Max Planck para Física Extraterrestre en Alemania y Ludwig Maximilians del Observatorio de la Universidad. Los resultados se publican en el ejemplar de esta semana de la revista Astrophysical Journal Letters.



Los astrónomos saben que las galaxias, esas vastas ciudades de millones o miles de millones de estrellas, crecen a través de colusiones y fusiones. El trabajo de Kormendy y Bender implica a las mayores galaxias del universo — “las galaxias elípticas” que tienen una forma aproximada a un balón de rugby y que pueden estar hechas de hasta billones de estrellas. Virtualmente todas estas galaxias contienen un agujero negro en sus centros, es decir, una región infinitamente densa que contiene la masa de millones o miles de millones de veces la del Sol y de la cual no puede escapar la luz.

Una teoría principal actual dice que cuando colisionan las galaxias, sus agujeros negros terminan orbitándose entre sí. Juntos, los dos agujeros negros actúan como una batidora: Agitan violentamente el centro galáctico con si increíblemente potente gravedad, y arrojan estrellas fuera de las regiones centrales. Cuando el par de agujeros negros cae al centro del nuevo remanente de la fusión, este núcleo supergaláctico carece de estrellas que han salido volando. Kormendy y Bender midieron la atenuación resultante de tales núcleos galácticos, el conocido como “déficit de luz”.

El déficit de luz en los núcleos galácticos es sorprendente a la vista de décadas de trabajo por parte de muchos astrónomos, incluyendo a Kormendy y Bender, los cuales demostraron que las mayores galaxias elípticas contienen los agujeros negros más masivos en sus centros. Estos son monstruos que “pesan” mil millones de veces la masa del Sol. Atraen las estrellas alrededor de ellos con una gravedad ferozmente potente. Los astrónomos esperan que unos agujeros negros tan masivos tirasen de las estrellas de la galaxia hacia un diminuto y denso cúmulo en el centro. Pero observaciones en la década de 1980 con telescopios terrestres y observaciones mucho mejores en la década de 1990 con el Telescopio Espacial Hubble revelaron lo contrario. Las mayores galaxias tenían grandes y dispersos centros de baja densidad. ¿Por qué los agujeros negros no están rodeados por densos cúmulos de estrellas? ¿Dónde están las estrellas que faltan?

La teoría de que los agujeros negros binarios lanzan gravitatoriamente a las estrellas fuera de los centros galácticos ha sido la explicación popular pero no demostrada. Ninguna observación con telescopios proporcionó una evidencia contundente – hasta ahora.

“Nuestras nuevas observaciones son sólidas y un vínculo directo entre los agujeros negros y las propiedades del centro de la galaxia”, dice Kormendy. “Son el “arma humeante” que conecta los agujeros negro con la formación de los sorprendentemente dispersos centros de las galaxias elípticas gigantes”.

Kormendy y Bender hicieron estudios detallados de 11 galaxias en el Cúmulo de Virgo. Para lograr una descripción global exhaustiva de cada galaxia, usaron la visión de gran angular de la Cámara de Foco Principal en el Telescopio de 0,8 metros del Observatorio McDonald. Usaron el Telescopio Espacial Hubble para estudiar estos mismos núcleos galácticos en mayor detalle. Se usaron muchos otros telescopios para conectar los datos centrales de Hubble con los datos externos del telescopios McDonald. Los resultados sobre 27 galaxias elípticas en el Cúmulo de Virgo medidas por Kormendy, Bender, y sus colegas de la Universidad de Texas David Fisher y Mark Cornell, y patrocinados por la Fundación Nacional de Ciencia, tienen prevista su publicación en un próximo ejemplar de Astrophysical Journal Supplement Series.

Sus medidas de precisión del brillo – es decir, el número de estrellas — a distintas distancias del centro de las galaxias elípticas les permitieron calcular con mucha más exactitud que anteriormente las masas de estrellas “que faltan” en el centro de las elípticas más grandes. Esto reveló más sorpresas: La masa perdida se incrementaba de forma análoga a la masa medida en los agujeros negros centrales. Se sabía que ambas cantidades estaban relacionadas, pero no que la correlación era tan estrecha como para estar dentro del margen de error. Es decir, que la correlación es virtualmente perfecta.

La masa perdida también se incrementa simultáneamente con otra propiedad de la galaxia conocida por estar directamente relacionada con los agujeros negros, y es la velocidad a la que se forman las estrellas más lejos en la propia galaxia, donde no pueden sentir la gravedad del agujero negro.

“A los astrónomos les encantan las correlaciones estrechas”, dice Bender. “Nos dicen lo que están conectado y con qué. Las nuevas observaciones nos dan unas pruebas mucho más sólidas de que los agujeros negros controlan la formación galáctica, al menos en sus centros “.

De acuerdo con Linda Sparke, directora del programa de la NSF para ciencias astronómicas, “Esta valiosa investigación demuestra cómo los agujeros negros crecen junto con la galaxia. Son grandes noticias. Hemos aceptado desde hace mucho tiempo que los agujeros negros no se colocan aleatoriamente en las galaxias. Las galaxias más luminosas albergan los agujeros negros más masivos. Pero no aún no sabíamos cómo los agujeros negros y las galaxias influyen entre sí. Kormendy y Bender han visto la huella de pares de agujeros negros fusionándose en los centros de enormes galaxias elípticas, revelando las pruebas de que los mayores agujeros negros se forman después de que colisionen galaxias menores para producir un sistema más grande”.

Kormendy añade finalmente, “Hemos creído desde hace mucho que los agujeros negros alimentan los quásares en los núcleos galácticos, los cuales son los objetos más brillantes del universo. Y hemos llegado a sospechar que poner agujeros negros gigantes en los centros de galaxias jóvenes e iluminar tanta luz de quásar sobre ellas afecta a la formación de la galaxia. En otras palabras, sospechamos que el estudio de los quásares y el estudio de las galaxias son el mismo tema. No podemos comprender una sin la otra.

“Creemos que haber ayudado a fusionar estos temas conectando directamente los agujeros negros a la estructura de la galaxia”, comenta. “John Muir en su famosa cita comenta que todo está relacionado con todo lo demás en el mundo. Cuando encontramos que temas distintos están relacionados, construimos una teoría de formación galáctica en la que tenemos confianza”.

Fuente | Ciencia kanija

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El Planeta Rojo no está muerto


El planeta Marte es hoy un mundo de desiertos fríos y solitarios, aparentemente desprovisto de toda clase de vida, al menos en la superficie. Al parecer, Marte ha permanecido frío y seco durante miles de millones de años, y con una atmósfera tan delgada que cualquier líquido sobre la superficie hierve rápidamente hasta evaporarse, mientras que la radiación ultravioleta del Sol quema el suelo.

La situación puede sonar un tanto inhóspita, pero de acuerdo con un estudio publicado hoy en Science Express hay esperanza para el Planeta Rojo. Según un equipo formado por investigadores de la NASA y por científicos universitarios, la primera detección certera de metano en la atmósfera de Marte indica que el planeta todavía está vivo, ya sea en sentido biológico o geológico.

see caption “Existe una variedad de formas en las que el metano se destruye rápidamente en la atmósfera de Marte, de modo que nuestro descubrimiento de importantes columnas de metano en el hemisferio norte del planeta, en 2003, indica la presencia de algún proceso que está liberando el gas”, dice el autor principal del estudio, Michael Mumma, del Centro Goddard para Vuelos Espaciales, de la NASA. “A mediados del verano, en el norte del planeta, el metano es liberado a una razón que se puede comparar con la filtración masiva de hidrocarburos en Coal Oil Point, en Santa Bárbara, California”.

Derecha: Concepto artístico de una posible fuente geológica de metano en Marte: el agua subterránea, el bióxido de carbono y el calor interno del planeta se combinan para liberar el gas.[Animación]



El metano (cuatro átomos de hidrógeno enlazados a uno de carbono) es el componente principal del gas natural en la Tierra. Es un compuesto de interés para los astrobiólogos porque la mayor parte del metano de la Tierra proviene de la digestión de alimentos por parte de los organismos vivientes. Sin embargo, no es necesario que exista vida para que se produzca este gas. Otros procesos puramente geológicos, como la oxidación del hierro, también liberan metano. “Todavía no tenemos suficiente información que nos indique si la biología o la geología (o ambas) está produciendo el gas metano en Marte”, dijo Mumma. “Pero sí lo que sabemos nos cuenta que el planeta todavía está vivo, al menos desde el punto de vista geológico. Parece como si Marte estuviera presentándonos un reto, diciendo: oye, descifra lo que esto significa”.

Si la vida microscópica marciana es lo que está produciendo el metano, es probable que resida en zonas profundas bajo las superficies que han permanecido lo suficientemente cálidas como para que el agua en forma líquida pueda existir. Para que todas las formas de vida conocidas puedan existir, se necesita agua líquida, así como fuentes de energía y carbono.

“En la Tierra, hay microorganismos que han poblado exitosamente profundidades de entre 2 y 3 kilómetros (aproximadamente de 1,2 a 1,9 millas) debajo de la cuenca Witwatersrand, en Sudáfrica, donde la radioactividad natural divide las moléculas de agua en hidrógeno (H2) y oxígeno (O) molecular. Los organismos utilizan el hidrógeno como fuente de energía. Es posible que organismos similares sean capaces de sobrevivir durante miles de millones de años bajo la capa de hielo que se encuentra permanentemente congelada en el subsuelo (permafrost, en idioma inglés) de Marte, donde el agua es líquida, la radiación proporciona energía y el bióxido de carbono provee carbono”, dice Mumma.

“Gases, como el metano, acumulados en tales zonas subterráneas, podrían ser liberados hacia la atmósfera si se abren los poros o fisuras durante las estaciones cálidas, conectando de este modo las zonas profundas con la atmósfera en las paredes de los cráteres o cañones”, afirma.

“Los microbios que produjeron metano a partir de hidrógeno y bióxido de carbono fueron una de las primeras formas de vida sobre la Tierra”, señala Carl Pilcher, Director del Instituto de Astrobiología de la NASA, que proporcionó parte del apoyo económico necesario para llevar a cabo la investigación. “Si hubo vida alguna vez en Marte, es razonable pensar que su metabolismo pudo haber involucrado la producción de metano a partir del bióxido de carbono de la atmósfera marciana”.

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Arriba: Este gráfico muestra una de las maneras en las cuales el metano es destruído en la atmósfera marciana: la radiación solar ultravioleta separa rápidamente las moléculas. Debido a que el metano no dura mucho tiempo en el ambiente marciano, cualquier metano que se haya encontrado allí tiene que haber sido producido recientemente. [Animación]

No obstante, es posible que el metano de Marte haya sido producido mediante un proceso geológico reciente o que haya tenido lugar hace eones. En la Tierra, la conversión del óxido de hierro (capa de óxido) al grupo de minerales serpentina da como resultado metano, y en Marte este proceso podría darse mediante agua, bióxido de carbono y el calor interno del planeta. Otra posibilidad es el vulcanismo: a pesar de que no hay evidencia de que existan, en la actualidad, volcanes activos en Marte, podría suceder que el metano antiguo que haya quedado atrapado en “jaulas” de hielo, llamadas clatratos, se esté liberando ahora.

El equipo de investigación halló metano en la atmósfera de Marte luego de observar cuidadosamente al planeta a lo largo de varios años marcianos (y durante todas las estaciones marcianas) utilizando espectrómetros adheridos a telescopios, en la Instalación del Telescopio Infrarrojo (Infrared Telescope Facility, en idioma inglés), dirigida por la Universidad de Hawai, y en el Telescopio W. M. Keck, ambos ubicados en Mauna Kea, Hawai.

“Observamos e identificamos múltiples columnas de metano en Marte, una de las cuales liberó cerca de 19.000 toneladas métricas de metano”, dice Gerónimo Villanueva, de la Universidad Católica de América, en Washington, D.C. Villanueva se encuentra trabajando en el Centro Goddard, de la NASA, y es co-autor de la investigación. “Las columnas de metano fueron emitidas durante las estaciones más cálidas (primavera y verano), quizás debido a que la capa de hielo (permafrost) que se hallaba bloqueando las fisuras y rupturas se evaporó permitiendo que el metano se filtrara hacia el aire marciano. Curiosamente, algunas columnas contenían vapor de agua mientras que otras no”, dice.

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Arriba: Columnas de metano halladas en la atmósfera de Marte durante la estación de verano en el norte del planeta. Crédito: Trent Schindler/NASA [Animación]

Según el equipo de investigación, las columnas fueron vistas sobre áreas que muestran evidencia de terrenos de hielo antiguos o de terrenos donde fluía agua. Por ejemplo, las columnas aparecieron sobre regiones del hemisferio norte, tales como aquellas ubicadas al este de Arabia Terra, la región Nili Fossae y el cuadrante sur-este de Syrtis Major, un antiguo volcán de 1.200 kilómetros (aproximadamente 745 millas) de diámetro.

Para descubrir el origen del metano en Marte, será necesario contar con misiones futuras, tales como el Laboratorio de Ciencia de Marte (Mars Science Laboratory, en idioma inglés), de la NASA. Medir la proporción de isótopos es una de las maneras mediante las cuales podría descifrarse si alguna forma de vida es la fuente del gas metano. Los isótopos son versiones más pesadas de un elemento; por ejemplo, el deuterio es una versión más pesada del hidrógeno. En moléculas que contienen hidrógeno, como el agua y el metano, el exótico deuterio reemplaza, en ciertas ocasiones, a un átomo de hidrógeno. Como la vida prefiere usar los isótopos más livianos, si el metano tuviera menos deuterio que el agua liberada con él sobre Marte, entonces eso sería una señal de que alguna forma de vida está produciendo el metano.

Independientemente de lo que revelen las investigaciones futuras (biología o geología), una cosa ya es clara: Marte no está tan muerto después de todo.

Fuente | NASA


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¿De dónde vienen los cometas?


Pocas apariciones cósmicas han inspirado tanto respeto y temor como los cometas. El >br>particularmente llamativo cometa Halley, cuya última aparición en el sistema solar interno fue en 1986, aparece en el Talmud “como una estrella que aparece una vez cada setenta años”. En 1066, la aparición del cometa fue vista como un portento de fatalidad antes de la Batalla de Hastings.
Ilustración de un cometa destruído por una estrella
La ciencia moderna adopta una visión más medida. Cometas como el Halley son aglomeraciones de hielo y polvo que orbitan el Sol en órbitas muy elípticas, adquiriendo sus espectaculares colas en el viento de partículas cargadas que provienen del Sol. Incluso se conoce su fuente: son objetos del Cinturón de Kuiper, remolcados de sus órbitas por Neptuno y Urano.

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Pero hay un problema. Ciertos cometas, como Hale-Bopp, que pasó por nuestro vecindario en 1997, aparecen muy infrecuentemente en nuestro cielo. Sus órbitas deben ser muy largas, demasiado como para originarse en el Cinturón de Kuiper. Los astrónomos creen que el sistema solar está rodeado en todas direcciones por un tenue halo de cuerpos helados, expulsados de la vecindad inmediata del sol hace miles de millones de años por la gravedad de los planetas gigantes.

Cometa Hale Bopp

Esta “Siberia cósmica” es conocida como Nube de Oort, en honor al astrónomo holandés Jan Oort, que propuso su existencia en 1950. Esta difusa esfera de material nunca ha sido vista. Y si buscar el planeta X es difícil, la búsqueda de la Nube de Oort es una pesadilla. Se encontraría muy lejos, sería muy difusa y sus piezas demasiado pequeñas para ser vista por los telescopios.

Ilustración de la Nube de Oort y el Sistema Solar

Hasta ahora, la única información proviene de los perdidos cometas y los objetos más grandes del Cinturón, que deberían tener una composición similar. “Es como tratar de saber cómo es una ballena al mirar su orificio nasal y la punta de una aleta”, señala Hal Levison, científico planetario del Southwest Research Institute.

Sin embargo, mapear el resto de la ballena podría lograrse en algunas décadas . Los objetos de la Nube de Oort deberían atenuar y alterar la luz de las estrellas distantes. Estas ocultaciones duran sólo fracciones de segundos, pero los astrónomos pueden usarlas para medir el tamaño y la distancia del cuerpo interviniente. Desde la superficie de nuestro planeta, la turbulencia de la atmósfera hace que las estas sutiles detecciones sean imposibles, pero los futuros sondeos espaciales deberían ser capaces de detectarlos en gran número.

Recientemente, los astrofísicos Daniel Babich y Avi Loeb del Centro Harvard-Smithsonian dicen que podrían ser capaces de detectar la nube al estudiar la radiación de fondo de microondas: la radiación que baña el espacio uniformemente dejada por “la Gran Explosión”. Ver en detalle el artículo “En busca de la Nube de Oort”.

Otros misterios permanecen. El número y trayectorias de los cometas de largo período vistos hasta ahora sugieren que la Nube contendría trillones de objetos de un kilómetro de diámetro o mayores, con una masa combinada varias veces la de la Tierra. Esto es más material del que las actuales ideas acerca de la formación del sistema solar pueden explicar, lo que signfica que nuestros modelos deberían ser revisados, según indica Levison.

Fuente | Ultimas noticias del cosmos

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La Luna: Clave para la vida en la Tierra


Es una de las piezas más gloriosas del teatro natural. Asumiendo que pasas tu vida en la misma parte de la superficie terrestre, lo observarías una vez o -si vives lo suficiente- quizás dos. Pero vale la pena esperar un eclipse total de Sol. En su punto máximo, el Sol y la Luna coinciden tan perfectamente, creando el efecto de “anillo de diamante”.


Eclipse de Sol en Bolivia 3/11/94

Todo es una increíble coincidencia. El Sol es unas 400 veces más ancho que la Luna, pero también 400 veces más lejos. Así, se ven del mismo tamaño en el cielo, en un evento único entre los ocho planetas y 166 lunas conocidas. La Tierra es también el único planeta del sistema que hospeda vida. ¿Pura coincidencia?



Nuestra luna es diferente. Las muchas lunas de los grandes planetas exteriores -Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno-, se piensa, se habrían originado en uno de dos procesos: de la acreción de un disco de material en el campo gravitatorio del planeta, o a través de la captura gravitacional de pequeños cuerpos. La segunda posibilidad es también sugerida para los dos satélites naturales de Marte, Fobos y Deimos, las otras lunas en el sistema solar interior.

Pero nuestra Luna es relativamente muy grande para el tamaño de la Tierra como para haberse formado sencillamente por alguno de esos dos procesos. Los científicos planetarios creen que puede haber sólo una explicación: en los primeros 100 millones de años del sistema solar, un objeto del tamaño de Marte colisionó con la Tierra. El impacto remodeló radicalmente nuestro planeta, expulsando una enorme cantidad de desechos que finalmente se fusionaron en nuestra desmezurada luna.

Y lo mejor:La Luna ha colaborado con el desarrollo de vida en la Tierra. Nuestro planeta rota sobre su propio eje y tiene una tendencia natural a “bambolearse”, debido al variante tirón de otros cuerpos como el Sol. La invisible mano de la gravedad lunar “apaga” gentilmente ese bamboleo, previniendo inestabilidades rotacionales que, de otra forma, habrían causado dramáticos cambios en las zonas climáticas de la Tierra con el tiempo. Esas inestabilidades habrían complicado el surgimiento de la vida en el planeta.

Etapas de un eclipse solar

La posición de la Tierra en la “zona habitable” alrededor del Sol, donde el agua líquida es abundante es, sin dudas, el factor más importante en su fecundidad. Pero la presencia de una gran luna habría sido también crucial. Si así fuera, esto tendría importantes consecuencias para la búsqueda de vida en otros planetas.

Desde su creación, la Luna se ha estado alejando de nosotros, actualmente unos 3,8 centímetros por año. Los dinosaurios no veían eclipses como los que podemos ver nosotros:la Luna estaba más cerca hace 200 millones de años, suficientemente como para bloquear enteramente la luz del Sol. De la misma forma, los futuros ocupantes del planeta en un par de cientos de millones de años no verán eclipses ya que la luna aparecerá muy chica.

Nuestra suerte parece resultar de dos coincidiencias de tiempo:la recesión de la luna formada por impacto y la evolución de vida inteligente. Si eres afortunado de ver un eclipse total en tu vida, considera esta intrigante posibilidad: esa gran luna podría ser la razón de que estés allí.


Fuente | Ultimas noticias del cosmos

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¿Cómo se creó el sistema solar?


Al mirar a los planetas del sistema solar, podría pensarse que si pertenecen a la misma familia es por adopción, más que por parentesco. Pero no. La historia de su nacimiento revela que fueron creados de la misma nube molecular que colapsó para formar al Sol.
Ilustración Sistema Solar

Cuando nuestro Sol se formó, deglutió casi toda la nube de desechos a su alrededor. El resto fue esculpido por la gravedad en forma de disco de gas y polvo alrededor de la recién nacida estrella. Los granos de polvo en órbita alrededor del Sol, colisionaron y progresivamente formaron cuerpos mayores. En la parte más interna del disco, la combustión de hidrógeno en el Sol hacía las cosas muy calientes, por lo que sólo los metales y minerales de silicio con altos puntos de fusión estaban presente en forma sólida. Los cuerpos en esta región sólo podían alcanzar un cierto tamaño, produciendo los cuatro planetas rocosos del sistema solar interior:Mercurio, Venus, Tierra y Marte.



Más allá de esta zona, sin estas rigurosas limitaciones, el metano y el agua se podían presentar también como sólidos. Aquí, los planetas en desarrollo podían crecer más y ser suficientemente grandes para comenzar a acretar moléculas de gas -hidrógeno principalmente- antes de que la energía del Sol las rompiera. Así, finalmente, fue como se crearon los gigantes gaseosos Júpiter y Saturno y más allá en climas todavía más fríos, los gigantes de hielo Urano y Neptuno.

Hasta ahora, todo parece muy simple. Pero cuando se comienza a detallar el proceso, el modelo de acreción es bastante flojo, dice Alessandro Morbidelli del Observatorio Côte d’Azur, Francia. Para empezar, nadie sabe exactamente cómo las pequeñas rocas logran formar cuerpos mucho más grandes. Los objetos pequeños habrían recibido la presión del gas a su alrededor y los habría enviado hacia el Sol antes de que pudieran formar cuerpos mayores. Una propuesta reciente es la posibilidad de que regiones de turbulencia en el gas produjera vórtices de baja presión en los que las rocas podrían haberse reunido y fusionado.

Un problema similar afecta a los gigantes gaseosos, cuyos sólidos núcleos debieron fundirse en la presencia de gas que luego acretarían. El riesgo de que esos planetas sean empujados hacia el Sol es ilustrado por los “Júpiters calientes” vistos en otros sistemas planetarios. Se trata de planetas de tamaño similar a Júpiter pero orbitando a sus estrellas a una distancia como la de la Tierra o más cercana.

Cómo crear un sistema solar
Gráfico 'Cómo crear un sistema solar'

Un esquema de cómo se piensa que se forma un sistema solar como el nuestro, pero sólo la comparación con otros sistemas podrá indicar si este modelo es universal.
4.5 mil millones de años atrás, un área de gas y polvo en la Vía Láctea comenzó a condensarse, colapsando bajo su propio peso.
El resultado fue un fino disco de material en rotación. En el centro, donde se concentró la mayor parte de la masa, frecuentes colisiones causaron que la materia se calentara.
Dentro de los 50 millones de años, la temperatura y presión en el centro fue suficientemente grande para que comience la fusión del hidrógeno:nació el Sol.
A los 100 millones de años, la acreción de cuerpos menores creó en gran medida los planetas que conocemos, rodeados de un anillo de material helado. Las órbitas precisas de los planetas se desconocen.
Varios cientos de millones de años: una interacción de Júpiter con Saturno causó que Urano y Neptuno migren hacia el exterior, disparando material del anillo en todas direcciones. Algunos cuerpos bombardearon los planetas interiores, otros fueron eyectados para formar la Nube de Oort y los restantes formaron el Cinturón de Kuiper.

De acuerdo a una teoría de Morbidelli y colegas, el sistema solar tuvo una reconfiguración.
Es generalmente aceptado que el proceso de formación de planetas, que comenzó hace 4.6 mil millones de años, no habría tomado más de 10 millones de años. Pero las muestras de rocas lunares traídas por las misiones Apolo indican que las rocas se formaron al mismo tiempo, cientos de millones de años luego del nacimiento de los planetas.
La explicación convencional es que luego de que el sistema solar se calmó, tuvo una breve pero violenta época, a veces denominada “cataclismo lunar” o “bombardeo tardío”. Unos 700 millones de años luego de la formación de los planetas, la luna y los planetas interiores fueron golpeados por ondas que destruyeron sus superficies.
¿Porqué habría ocurrido este bombardeo?
Se propusieron muchas hipótesis pero, hasta recientemente, nadie explicó el origen del evento en detalle y de acuerdo a las observaciones, como la forma de las órbitas de los planetas gigantes o las trayectorias de los objetos más allá de Neptuno.

Un paso hacia la respuesta fue dado en 1993 cuando en la Universidad de Arizona, Renu Malhotra estudió la posibilidad de la migración planetaria. Malhotra usó modelos computacionales del sistema solar para argumentar que Urano y Neptuno podrían haberse formado en órbitas mucho más cercanas al Sol y que su posterior migración podría explicar la rara órbita de Plutón. (Ver “Urano y Neptuno habrían cambiado de lugar”). Más tarde, otros investigadores comenzaron a preguntarse si esas migraciones podrían haber generado el bombardeo tardío.

El temprano sistema solar
Gráfico del Temprano sistema solar
De acuerdo al Modelo de Niza, los planetas no están donde solían, en el sistema solar temprano. Su dramática y violenta migración dio forma a lo que conocemos actualmente.

  • Regla en miles de millones de años
  • El Sol se formó aprox. hace 4.6 mil millones de años
  • Aprox. 100 millones de años luego de la formación del Sol
    Júpiter migra hacia dentro mientras los demás planetas migran hacia fuera.
  • Aprox. 700 millones de años :Júpiter alcanza una resonancia especial con Saturno, disparando a Neptuno y Urano hacia el anillo de planetesimales…
  • Aprox. 705 millones de años:
    …que son disparados en todas direcciones, incluyendo el sistema solar interno, causando el “bombardeo tardío”
  • Aprox. 900 millones de años
    Los planetas se establecen en sus actuales órbitas y los remanentes de los planetesimales forman el Cinturón de Kuiper.

En 2002 Morbidelli y colegas formaron un grupo que produciría lo que se conoce como el “Modelo de Niza”. El grupo realizó detallas simulaciones de los primeros cientos de millones de años del sistema solar, tomando como punto de partida planetas apenas formados alrededor de un anillo de desechos.
En las simulaciones, los dos mayores planetas, Júpiter y Saturno, tiraban un poco de cada uno cada vez que sus órbitas se acercaban, pero en total, estos tirones gravitacionales se cancelaban mutuamente. Sin embargo, cuando Júpiter orbitaba al sol exactamente dos veces por cada una de Saturno -una “resonancia” dos a uno- el máximo acercamiento ocurría en el mismo punto en cada una de sus órbitas y, en vez de cancelarse, estos tirones trabajaban en la misma dirección, formando órbitas elípticas elongadas. Esto, a su vez, alteraba las órbitas de Urano y Neptuno.
Las resonancias son comunes en la dinámica planetaria. Como un niño en un columpio que recibe un gentil empujón en el punto correcto para subir más y más, esta resonancia particular daba un empujón a las órbitas de Urano y Neptuno cada vez que estaban cerca de los planetas gigantes. De a poco, las simulaciones mostraban que sus órbitas se hacían más largas y más elípticas. Esto los llevó al enjambre de planetesimales que, a su vez, por la gravedad de los gigantes fueron expulsados o bien atraídos hacia el sol. En el proceso, los planetesimales bombardearon a los planetas interiores y sus lunas.

Para que los tiempos concuerden, el grupo encontró crucial disponer el anillo de desechos entre las órbitas de Saturno y Neptuno y así, corregir el tamaño del disco inicial.
El modelo, de esta forma, estaría de acuerdo a la configuración actual del sistema, incluyendo los asteorides conocidos como Troyanos.

Captura de pantalla del video que ilustra el cambio en los planetas exteriores

Sin embargo, muchos científicos no están convencidos del modelo, principalemnte por su tamaño. El modelo de Niza, para funcionar, debe tener un disco de desechos de unas 30 unidades astronómicas para concordar con las actuales observaciones.
Se han observado discos alrededor de muchas estrellas jóvenes -como Beta Pictoris- y su tamaño no concuerda.

“Vemos discos de 100, 200, 300 unidades astronómicas. Raramente vemos discos de 30 UA”, señala Scott Kenyon del Centro Harvard-Smithsonian.

El modelo de Niza, empero, permite explicar muchas de las características del sistema solar actual, incluyendo el Cinturón de Kuiper y las raras formas de las órbitas de Júpiter y Saturno. Sin dudas, el modelo, aunque deba ser corregido, ha sentado un nuevo estándar que podrá ser mejorado y ampliado en futuras investigaciones.

Fuente | Ultimas noticias del cosmos


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Los astrónomos observan un planeta con drásticos cambios de temperatura


El Telescopio Espacial Spitzer de la NASA ha observado un planeta que se calienta al rojo vivo en cuestión de horas antes de enfriarse de nuevo rápidamente.

El "caluroso" planeta es HD 80606b, un gigante de gas que orbita una estrella a 190 años luz de la Tierra. Ya se sabía que era bastante inusual, con una órbita que iba desde casi tan lejos como la Tierra del Sol, a una más cercana de la de Mercurio. Los astrónomos usaron Spitzer, un observatorio infrarrojo, para medir el calor que emana del planeta conforme pasaba por detrás y cerca de su estrella. En apenas seis horas, la temperatura del planeta subió de 800 a 1500 Kelvin.






“Observamos el desarrollo de una de las tormentas más feroces de la galaxia”, dijo el astrónomo Greg Laughlin del Observatorio Lick, de la Universidad de California en Santa Cruz. “Esta es la primera vez que hemos detectado cambios climáticos en tiempo real en un planeta fuera del Sistema Solar”. Laughlin es el autor principal de un nuevo informa sobre el descubrimiento que aparece en el ejemplar del 29 de enero de la revista Nature.

HD 80606b fue descubierto originalmente en 2001 por un equipo de caza-planetas liderado por Dominique Naef del Observatorio de Ginebra en Suiza. Usando un método conocido como la técnica de velocidad Doppler, los astrónomos supieron que el planeta es altamente excéntrico, con una órbita más similar a la de un cometa que a la de un planeta. La órbita de HD 80606b llega hasta 0,85 unidades astronómicas desde su estrella, y tan cerca como 0,03 UAs (una unidad astronómica es la distancia entre la Tierra y el Sol).

El planeta necesita aproximadamente 111 días para orbitar su estrella, pero pasa la mayor parte de su tiempo a distancias más alejadas mientras recorre a toda velocidad la parte más cercana de su órbita en menos de un día. (Esto es una consecuencia de la Segunda Ley de Kepler del Movimiento Planetario, la cual afirma que los cuerpos orbitales — planetas y cometas – barrean áreas iguales en tiempos iguales).

“Si pudieses flotar sobre este planeta, verías su Sol haciéndose cada vez más grande a índices cada vez más rápidos, incrementando su brillo en un factor casi de 1000″, dijo Laughlin.

Spitzer observó HD 80606b, antes, durante y justo después de su paso más cercano sobre la estrella en noviembre de 2007, cuando el planeta se deslizó bajo el calor de la estrella. Cuando Laughlin y sus colegas planificaron la observación, no sabían si el planeta desaparecería completamente tras la estrella, un evento conocido como eclipse secundario, o si permanecería a la vista. Afortunadamente para el equipo, el planeta, desapareció temporalmente de la visión, proporcionando las temperaturas iniciales y finales del planeta (si no hubiese sido eclipsado, el equipo habría conocido sólo el cambio de temperatura sin saber el punto de inicio).

La extrema oscilación de temperatura observada indica que el aire cerca de la superficie gaseosa del planeta debe absorber y perder rápidamente el calor. Este tipo de información atmosférica revela cómo un planeta responde a súbitos cambios en su calentamiento – una versión extrema de un cambio estacional – que nunca antes había sido observado en un exoplaneta.

“Estudiando este planeta en unas circunstancias tan extremas, descubrimos cómo maneja el calor — ¿lo retiene o lo disipa? En este caso, la respuesta es que el planeta libera el calor justo de la misma forma”, dijo Laughlin. “Éramos básicamente capaces de realizar el ‘experimento mental’ — ¿qué pasaría con un planeta como Júpìter si fuese arrastrado muy cerca del Sol?”

Laughlin y sus colegas dicen que un factor clave al ser capaces de realizar las observaciones es la órbita excéntrica del planeta. Al contrario que los conocidos como Júpiter calientes que permanecen en órbitas muy cerradas alrededor de sus estrellas, HD 80606b rota alrededor de su eje cada aproximadamente 34 horas. Los Júpiter calientes, por otra parte, se cree que están fijamos por marea como nuestra Luna, por lo que uno de los lados siempre mira hacia su estrella. Debido a que HD 80606b gira sobre su eje muchas veces en cada órbita, los astrónomos fueron capaces de medir cómo respondía su atmósfera al calor de la estrella.

“El planeta está girando a un índice lo bastante rápido para que el punto caliente del planeta entre en el campo de visión”, dijo el coautor Drake Deming del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. “El punto caliente no puede ocultarse”.

Astrónomos tanto profesionales como aficionados están preparándose para observar HD 80606b el próximo Día de San Valentín, cuando pasará frente a su estrella. Existe un 15 por ciento de posibilidades de que el planeta eclipse a su estrella, un evento conocido como tránsito primario. De ser así, el evento no sólo sería notable a la vista, sino que proporcionaría más detalles sobre la naturaleza de este temperamental mundo.

Fuente | Ciencia kanija

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El desconocido Sistema Solar I: ¿Cómo se formó el Sistema Solar?


Observando los planetas del Sistema Solar, se te perdonaría que pensaras que si pertenecen a la misma familia, ha sido por adopción más que por parentesco. No es así: la historia del nacimiento del Sistema Solar revela que son hermanos de sangre, todos creados a partir de la misma nube molecular cuyo colapso formó el Sol. También podría pensarse que estos cuerpos dispares están dispersos a lo largo del Sistema Solar sin orden ni concierto. Pero si mueves una pieza del Sistema Solar hoy, o tratas de añadir algo más, toda la construcción se vendría abajo fatalmente. Entonces, ¿cómo de delicada es exactamente esta estructura?






Cuando se formó nuestro Sol se tragó aproximadamente el 98,8 por ciento de los restos a su alrededor. De acuerdo con la descripción favorita, los restos que quedaron fueron esculpidos por la gravedad en un fino disco de gas rodeando la recién nacida estrella (ver ilustración). Cuando los granos de polvo de este disco orbitaban el Sol, colisionaban y progresivamente se agruparon en cuerpos cada vez mayores. En la región más interna del disco, la ignición y combustión del hidrógeno en el Sol hizo que todo se calentase, por lo que sólo los metales y los minerales de silicato con altos puntos de fusión se mantuviesen en estado sólido. Los cuerpos de tal región sólo podían alcanzar cierto tamaño – produciendo los cuatro pequeños planetas rocosos del interior del Sistema Solar: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.

Más lejos no existían unas limitaciones tan restrictivas, más allá de la “línea de hielo” donde el metano y el agua también están presentes como sólidos. Aquí, los planetas en desarrollo podían crecer y hacerse lo bastante grandes para empezar a acretar moléculas de gas – principalmente hidrógeno – antes de que la energía del brillo cada vez mayor del Sol destruyese esas moléculas. Esta, finalmente, fue la forma en la que los gigantes gaseosos como Júpiter y Saturno llegaron a su existencia, y más allá, en climas aún más fríos, los gigantes de hielo Urano y Neptuno. Esta es la razón por la que los astrónomos esperan que estos planetas también posean núcleos rocosos bajo sus coberturas fluidas.

Hasta el momento, es fácil. Pero cuando entramos en ciertos detalles, el modelo de acreción se hace bastante más confuso, dice Alessandro Morbidelli del Observatorio de la Costa Azul en Niza, Francia. Para empezar, nadie sabe exactamente cómo bloques de un tamaño de metros se agruparon en cuerpos de decenas de kilómetros de diámetro. Los objetos sólidos tan pequeños habrían sido sacudidos por la presión del gas a su alrededor y caerían en espiral hacia el Sol antes de haber podido unirse. Una idea prometedora recientemente propuesta es que las zonas locales de turbulencia en el gas proporcionaron vórtices de menor presión en la que los bloques pudieron reunirse y agruparse.

Un problema similar afecta a los gigantes gaseosos, cuyos núcleos sólidos deben haberse fusionado en presencia de gas que se acretaría más tarde. El riesgo de tales planetas de salir rebotados hacia el Sol se ilustra en los “Júpiter calientes” que se ven en otros Sistemas Planetarios. Estos son planetas de aproximadamente el tamaño de Júpiter pero orbitan estrellas a la distancia de la Tierra o menor. De haber sucedido algo como eso en los primeros años del Sistema Solar, la Tierra y el resto de planetas interiores podrían perfectamente haber sido catapultados fuera del Sistema Solar – aunque no es una conclusión de la que se tenga completa certeza.

De acuerdo con Phil Armitage de la Universidad de Colorado en Boulder, no existen signo de tal drama en nuestra vecindad. Si las pruebas como nuestra enorme Luna son alguna indicación, el Sistema Solar interno permaneció como un lugar salpicado de rocas durante sus primeros 100 millones de años cuando se consolidaron los planetas rocosos, pero pronto se asentaron. Y de acuerdo con una teoría desarrollada por Morbidelli y sus colegas, hubo un reordenación y expansión del Sistema Solar exterior en unos pocos millones de años después del nacimiento del Sol, cuando una conjunción particular de las órbitas de Júpiter y Saturno ofrecieron un empujón gravitatorio que impulsó a Urano y Neptuno a las órbitas que ocupan hoy. Algunos de los cuerpos menores que dispersaron cayeron hacia Júpiter, cuya inmensa gravedad puede haber expulsado algunos de ellos fuera del Sistema Solar. En las profundidades del espacio, estos fragmentos no acretados se reunieron en la hipotética Nube de Oort.

El efecto de golpeo de este último movimiento gravitatorio del Sistema Solar puede haber sido una perturbación en el cinturón de asteroides entre Júpiter y Marte, creando el Bombardeo Pesado Tardío que hizo llover meteoritos sobre la Tierra hace unos 4000 millones de años, 500 o 600 millones de años después de la formación del Sol. Desde entonces, los objetos que constituyen el Sistema Solar ha permanecido en un tranquilo, aunque delicado, equilibrio – para nuestro inestimable favor.

Fuente | Ciencia kanija

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