Nueva imagen de la Nebulosa Trífida


Hoy se publicó una nueva imagen de la Nebulosa Trífida que muestra porqué es una de las favoritas del público. Esta masiva fábrica estelar es nombrada así por las oscuras bandas de polvo que dividen por tres su brillante corazón y es una rara combinación de tres tipos de nebulosas, revelando la furia de estrellas recién formadas y presagiando más nacimientos estelares.

Nebulosa Trifida

A varios miles de años luz de distancia, en la constelación de Sagitario, la Nebulosa Trífida presenta un poderoso retrato de las tempranas etapas de la vida de una estrella, desde la gestación a su primera luz. El calor y los vientos de las recién nacidas revuelven el gas y polvo de esta caldera cósmica. La distancia a la que se encuentra este fascinante objeto es un tanto incierta, con valores que oscilan entre 2.200 y 7.600 años luz. SEDS y Wolfram Alpha indican una distancia de 5.200 años luz de distancia.



El astrónomo francés Charles Messier la observó por primera vez en junio de 1764, grabando el neblinoso y brillante objeto como la entrada número 20 en su famoso catálogo estelar. Observaciones realizadas unos 60 años después por John Herschel de los oscuros senderos que parecen dividir la nube cósmica en tres lóbulos inspiró al astrónomo inglés a acuñar el nombre "Trífida". También fue catalogada como NGC 6514.

La nueva imagen fue realizada por la cámara WFI en el telescopio MPG de 2.2 metros del Observatorio Europeo del Sur en La Silla, Chile y muestra las diferentes regiones de la nebulosa vista en luz visible. En la parte azulada, arriba a la izquierda, llamada nebulosa de reflexión, el gas dispersa la luz de las cercanas estrellas. La más grande de esas estrellas brilla más en la porción azul del espectro visible. Esto, junto con el hecho de que los granos de polvo y moléculas dispersan la luz azul más eficientemente que la luz roja -una propiedad que explica por qué vemos el cielo azul y los atardeceres rojos - tiñe a esa porción de la Nebulosa con una tonalidad azulada.

Debajo, en el área redondeada, de color rosa-rojizo de la nebulosa de emisión, el gas en el núcleo es calentado por cientos de nuevas estrellas hasta que emite la roja señal de hidrógeno, el mayor componente del gas, de la misma forma que el gas neón brilla en las señales luminosas.

Los gases y polvo que cruzan la Nebulosa Trífida configuran la tercera clase de nebulosa en esta nube, conocida como nebulosa oscura, por cortesía de sus efectos de luz y oscuridad. La icónica Nebulosa Cabeza de Caballo es una de las más famosas de este tipo. En los oscuros senderos, los remanentes de previos nacimientos estelares continuan fusionándose bajo la inexorable atracción gravitatoria. La densidad, presión y temperatura dentro de estas burbujas de gas disparará finalmente la fusión nuclear y se formarán nuevas estrellas.


Acercamiento a la Nebulosa Trifida
http://www.youtube.com/watch?v=ZAXeSVwa_Hw


En la parte inferior de esta nebulosa de emisión, un dedo de gas sobresale de la nube, apuntando directamente a la estrella central. Este es un ejemplo de un glóbulo de gas en evaporación, también visto en la Nebulosa del Águila, otra región de formación estelar. En la cima del dedo, que ha sido fotografiado por Hubble, un nudo de denso gas ha resistido la despiadada radiación de la estrella masiva.

Fuente | Últimas noticias del Cosmos

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Planetas extrasolares en inclinación máxima

El sistema planetario del Sol puede haber escapado o rebotado de violentas interacciones que los estudios han demostrado que desempeñaron un papel clave en dar forma a otros sistemas.

Llámalos planetas retrógrados. Algunos planetas extrasolares gigantes, todos viviendo a escasa distancia de sus estrellas madre, tienen órbitas tan inclinadas que los planetas viajan hacia atrás en relación a la rotación de sus estrellas madre, según revelan un conjunto de nuevos estudios. La desalineación avala las violentas historias y puede sugerir que la vida floreció en la Tierra debido a que el Sistema Solar evitó sufrir el tirón gravitatorio por el encuentro cercano entre planetas.





De acuerdo con la teoría más popular de formación planetaria, los planetas se forman a partir de un disco giratorio de gas y polvo que rodea a las estrellas jóvenes. Dado que el disco rota en la misma dirección de la estrellas, los planetas generados por el disco girarían en la misma dirección. Pero en un sistema planetario superpoblado, donde son inevitables las carambolas gravitatorias, las órbitas se revuelven. Un encuentro cercano entre hermanos planetarios puede empujar a un cuerpo hacia fuera mientras manda al otro hacia dentro, alargando e inclinando la órbita interior del planeta.

En este escenario, el Sistema Solar puede haber sido inusualmente afortunado. Ya sea evitando los catastróficos encuentros gravitatorios con planetas masivos o sufriendo tales interacciones hace tanto tiempo que la mayor parte de los planetas tuvo la oportunidad de volver a situarse en órbitas casi circulares con casi ninguna inclinación, dice Frédéric Pont de la Universidad de Exeter en Inglaterra.

“La presencia de vida avanzada en la Tierra puede ser contingente a que nuestro sistema planetario haya evitado sufrir la dispersión entre planetas”, manteniendo a la Tierra en una órbita circular del tipo Ricitos de Oro — no demasiado caliente ni demasiado frío para la vida tal y como la conocemos, especula.

En uno de los nuevos estudios, publicado el 24 de agosto en arXiv.org, Pont y sus colegas examinan la órbita del planeta COROT-Exo-1b, el primer planeta extrasolar descubierto por el satélite europeo COROT. Este planeta cercano a su estrella, como los otros en los nuevos estudios, periódicamente pasa frente a su estrella desde el punto de vista de la Tierra, bloqueando una diminuta fracción de la luz estelar. Debido a este paso, un telescopio puede medir la inclinación de su órbita. Observando el espectro de la estrella, el equipo de Pont encontró que el eje orbital de COROT-Exo-1b estaba inclinado en un ángulo de aproximadamente 77 grados respecto al eje de giro de la estrella.

El 12 de agosto, un equipo liderado por David Anderson de la Universidad Keele en Inglaterra informó en arXiv.org que otro planeta cercano, conocido como WASP-17b, tienen una órbita aún más inclinada, con un ángulo de aproximadamente 150 grados. Los hallazgos sugieren que el planeta está casi con seguridad viajando hacia atrás con respecto a la rotación estelar, dicen el coautor del estudio Andrew Collier Cameron de la Universidad St. Andrews en Escocia.

Apenas un día más tarde, el 13 de agosto, Joshua Winn del MIT y sus colegas informaron en arXiv.org de que otro planeta cercano, HAT-P-7b, está en órbita polar o moviéndose hacia atrás respecto a su estrella madre, con una órbita inclinada unos 180 grados. Winn y sus colaboradores también detectaron signos de otro objeto más lejano, un planeta masivo o estrella compañera, cuya gravedad pudo haber lanzado a HAT-P-7b a su extraña órbita retrógrada. El equipo informará de los hallazgos en un próximo ejemplar de la revista Astrophysical Journal Letters.

En un estudio del planeta extrasolar HD 80606b, que tiene la órbita más alargada de los exoplanetas conocidos, un equipo liderado por Winn encontró que el planeta orbita con una inclinación de entre 14 y 142 grados. El informe del equipo, publicado el 30 de julio en arXiv.org, aparecerá en un próximo ejemplar de Astrophysical Journal.

La explicación oficial ha sido que cualquier planeta de órbita cercana giraría de forma natural en la misma dirección que su estrella madre, dice Winn. Y las primeras observaciones de las órbitas de estos planetas lo corroboraban. Esos primeros hallazgos encajaban con la teoría ampliamente aceptada de cómo los planetas adoptan órbitas cercanas a sus estrellas madre. De acuerdo con la versión más simple de la teoría, los planetas nacen en regiones del disco mucho más lejos de la estrella, pero conforme entregan energía giratoria al disco, los cuerpos caen lentamente en espiral hacia dentro, conservando normalmente su dirección inicial de movimiento y órbita.

Pero entonces Winn y otros empezaron a encontrar una plétora de planetas que los investigadores no pueden encajar en la teoría de la migración. “Este ha sido el verano de los planetas inclinados”, comenta.

La tendencia continúa. La semana pasada, en la reunión de Dinámica de Discos y Planetas en Cambridge, Inglaterra, Amaury Triaud del Observatorio de Ginebra en Sauverny, Suiza, y sus colegas informaban de la detección de dos planetas cercanos extrasolares adicionales con órbitas sustancialmente inclinadas.

“Este ha sido el resultado observacional más apasionante del verano y ciertamente de la reunión”, dice el teórico Eric Ford de la Universidad de Florida en Gainesville.

Incluyendo los nuevos hallazgos, entre el 25 y el 50 por ciento de todos los planetas extrasolares con ángulos de inclinación medidos tienen un ángulo que supera los 30 grados. En el Sistema Solar, Mercurio tiene la máxima inclinación orbital relativa respecto al eje de rotación del Sol, con un ángulo de 7 grados.

Los planetas inclinados recientemente encontrados, dice Pont, representan “un trastorno espectacular de la visión estándar de la formación de planetas cercanos … y probablemente indica encuentros catastróficos entre varios planetas”.

Todo esto no es nuevo para Ford y Fred Rasio de la Universidad del Noroeste en Evanston, Illinois, así como otros teóricos que han estado defendiendo desde hace años que los encuentros gravitatorios entre planetas desempeñan un papel clave. Aunque llevará un tiempo que se publiquen todos los descubrimientos y se comparen con los modelos, dice Ford: “mi impresión es que varias personas de esta propia reunión quedaron sorprendidas por los hallazgos y empezaron a darse cuenta de que la dispersión de planetas es muy probable que determine la arquitectura final de los sistemas planetarios”.

Incluso para el tranquilo y ordenado Sistema Solar, las interacciones entre planetas han sido importantes, dice Ford. Cita los violentos eventos responsables de la formación de Mercurio y la Luna de la Tierra, que se cree que se formó cuando un objeto del tamaño de Marte impactó con la joven Tierra.

Especula que lo que hace al Sistema Solar tan especial no es que esté completamente carente del ‘pinball’ planetario, sino que sucedió relativamente pronto. Lo bastante pronto, de hecho, para que el disco masivo de vida corta de restos rocosos sobreviviera tras el último evento fuente de dispersión planetaria. La gravedad del disco habría suavizado las órbitas inclinadas y alargadas, retornando los planetas del Sistema Solar “a las órbitas casi circulares y coplanares que disfrutamos hoy”, sugiere Ford.


Fuente | Ciencia Kanija

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Planeta recién encontrado orbita hacia atrás


Los planetas orbitan a sus estrellas en el mismo sentido de rotación de la estrella. Todos lo hacen. Excepto uno.

Un planeta recién encontrado orbita en el sentido incorrecto, hacia atrás en comparación con la rotación de su estrella. Sus descubridores creen que una colisión cercana puede haber creado la órbita retrógrada, como se conoce.

La estrella y su planeta, WASP-17, están aproximadamente a 1000 años luz de distancia. La configuración se encontró gracias al proyecto de Búsqueda de Planetas de Área Amplia (WASP) del Reino Unido en colaboración con el Observatorio de Ginebra. El descubrimiento se anunció hoy, pero aún no se ha publicado en ninguna revista.


“Diría que este es uno de los planetas más extraños de los que tenemos conocimiento”, dijo Sara Seager, astrofísico del MIT que no estuvo implicada en el estudio.

Qué está pasando

Una estrella se forma cuando una nube de gas y polvo colapsa. Sea cual sea el movimiento se intensifica conforme se condensa, determinando la dirección de giro de la estrella. Cómo se forman los planetas es algo de lo que se tiene menos certeza. No obstante, se sabe que se desarrollan a partir de los restos, normalmente masa de gas y polvo en forma de disco, que gira alrededor de la estrella recién nacida, por lo que la dirección en la que se mueve el material, que es la dirección de rotación de la estrella, se convierte en la dirección de la órbita del planeta.

WASP-17 probablemente tuvo un encuentro cercano con un gran planeta, y la interacción gravitatoria actuó como un tirachinas para poner a WASP-17 en su extraño camino, imaginan los astrónomos.

“Creo que es extremadamente apasionante. Es fascinante que podamos estudiar órbitas de planetas tan lejos”, dijo Seager a SPACE.com. “Siempre hay una teoría, pero no hay nada como una observación para demostrarla realmente”.

Las colisiones cósmicas no son algo fuera de lo común. La Luna de la Tierra se formó cuando un planeta colisionó con un objeto del tamaño de Marte, piensan los astrónomos. Y a principios de semana, el Telescopio Espacial Spitzer encontró pruebas de que dos planetas colisionaron alrededor de una joven y lejana estrella. Algunas lunas de nuestro Sistema Solar están en órbitas retrógradas debido a que estaban volando solas por el espacio y fueron capturadas; ese se cree que es el caso con Tritón, la mayor luna de Neptuno.

El hallazgo se realizó por parte de los estudiantes graduados David Anderson de la Universidad de Keele y Amaury Triaud del Observatorio de Ginebra.

Mundo hinchado

WASP-17 tiene aproximadamente la mitad de la masa de Júpiter pero está hinchado hasta dos veces su tamaño. “Este planeta es sólo tan denso como el poliestireno expandido, 70 veces menos denso que el planeta en el que vivimos nosotros”, dijo el profesor Coel Hellier de la Universidad de Keele.

El planeta hinchado puede explicarse mediante una órbita altamente elíptica, la cual lo lleva muy cerca de la estrella y luego muy lejos. Como exageradas mareas de la Tierra, los efectos de marea sobre WASP-17 calientan y estiran el planeta, sugieren los investigadores.

Las mareas no son un tema cotidiano, no obstante. “Está creando una descomunal cantidad de fricción en el interior del planeta y genera mucha energía, la cual podría estar haciendo al planeta más grande e hinchado”, dijo Seager.

WASP-17 es el decimoséptimo planeta encontrado por el proyecto WASP, que monitoriza cientos de miles de estrellas, observando pequeñas caídas en la luz cuando un planeta transita frente a ellos. El observatorio espacial Kepler de la NASA está usando la misma técnica para buscar mundos similares a la Tierra.


Fuente | Ciencia Kanija

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Dónde buscar nuevas formas de vida en el Sistema Solar

El mejor lugar del Sistema Solar para encontrar nuevas formas de vida no es Marte, ni Europa, ni siquiera la Tierra, según defiende un astrobiólogo. En lugar de eso, deberíamos centrarnos en Titán.

Si queremos encontrar vida en todo el Sistema Solar que ha surgido de forma independientemente de la vida en la Tierra, ¿dónde deberíamos mirar? De acuerdo con Jonathan Lunine, de la Universidad de Arizona en Tucson, la sorprendente respuesta es en la gigante luna de Saturno, Titán.

No es tan alocado como suena. El argumento de Lunine está basado en la idea de que la pregunta importante para la humanidad no es si existe vida en todo el Sistema Solar sino si existe vida en todo el universo. Y esta es una diferencia importante.




Sabemos que la vida ha surgido una vez en el Sistema Solar, pero desafortunadamente esto no nos dice nada sobre su ubicuidad. La vida en la Tierra puede ser única.

Pero si encontramos pruebas de que la vida ha surgido de forma independiente dos veces en el Sistema Solar, esto sería una prueba sólida de que el universo está rebosante de bichos ETs. La palabra clave aquí es "independientemente".

Para muchos astrobiólogos, el lugar más obvio para mirar es donde haya agua líquida. El primero en su lista es Marte, que en una época tuvo un clima más húmedo y cálido y puede aún estar húmedo en algunas zonas bajo su corteza.

El problema con Marte, dice Lunine, es la contaminación cruzada. Cualquier vida de Marte puede perfectamente haber sido enviada desde la Tierra a través de grandes impactos de meteoritos (y viceversa).

Luego viene Europa, la luna de Júpiter, la cual oculta un enorme océano salado a unos 100 kilómetros bajo su corteza helada. El océano de Europa contiene aproximadamente el doble de agua que los de la Tierra. La contaminación cruzada es una preocupación menor en Europa (aunque no puede descartarse por completo) pero el problema real es penetrar en su gruesa superficie de hielo. Si los océanos de Europa contienen vida, será tremendamente difícil alcanzarlos, aunque la NASA ha agarrado el toro por los cuernos anunciando una nueva y gran misión a dicha luna.

Lo que deja fuera a Titán, un objeto con una atmósfera basada en el nitrógeno aproximadamente cuatro veces más densa que la de la Tierra. El encanto de Titán está basado en su extraordinario clima. A -176 grados centígrados, el agua de Titán está a salvo en forma de hielo. Pero en la superficie, el etano y el metano desempeñan el papel del agua en la Tierra. Hay océanos de etano y lluvias y nubes de metano.

¿Podría surgir la vida en estas condiciones? Si lo ha hecho, sugiere Lunine, tendría un aspecto muy distinto al nuestro, tal vez basada en enlaces de hidrógeno en lugar de en los enlaces covalentes que mantienen unida la vida en la Tierra. Y si es así, entonces no puede haber dudas sobre la contaminación.

Es más, Lunine defiende que el clima de Titán puede ser mucho más común en la Vía Láctea que el de la Tierra, debido a que las estrellas más comunes son más pequeñas y frías que el Sol.

Por lo que la vida de Titán estaría mucho más dispersa que la vida de la Tierra.

Con su densa atmósfera y baja gravedad, Titán debería ser mucho más fácil de explorar que Europa.

Este es un argumento interesante pero genera algunas preguntas, no siendo la de menor importancia cómo hacer una detección inequívoca de tal forma de vida. Esto sería difícil, dada nuestra ignorancia de los aspectos de su existencia.

Una idea que Lunine ignora es la panspermia – la idea de que la vida en la Tierra fue sembrada desde el espacio. Sabemos que algunas nubes interestelares están repletas de hielo y moléculas orgánicas. También sabemos por los experimentos de laboratorio que, cuando se someten a la luz UV, estas moléculas puede formar vesículas similares a células, incluso a las gélidas temperaturas del espacio interestelar.

¿Podría haber pasado el Sistema Solar a través de una de estas nubes poco después de formarse? Posiblemente, y de ser así, el problema de la contaminación puede ser mucho mayor de lo que sospecha Lunine.

Fuente | Ciencia Kanija

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Cómo respirar en la Luna


Las rocas lunares pueden ser procesadas directamente para producir oxígeno.

Científicos de Cambridge en el Reino Unido, han desarrollado un reactor que puede crear oxígeno a partir de rocas lunares — una tecnología vital si planetas crear una base lunar para lanzamientos.

Ya sea para aprovechar los recursos de la Luna o para usarlo como punto de salida para explorar lugares más profundos del espacio, los ocupantes de cualquier futura base lunar necesitarán oxígeno para sobrevivir. Enviar enormes cantidades a la Luna sería extremadamente caro — tal vez con un coste de 100 millones de dólares por tonelada de acuerdo con algunas estimaciones — por lo que los investigadores están examinando formas potencialmente más baratas de producir oxígeno en la propia Luna.





La NASA ha estado buscando formas de conseguir oxígeno de las rocas lunares desde hace varios años. En 2005, como parte del programa de Desafíos del Centenario, la agencia ofreció un premio de 250 000 dólares al primer equipo en lograr un conjunto que pudiese extraer cinco kilogramos de oxígeno en ocho horas a partir de alguna roca lunar simulada. A pesar de elevar el premio a 1 millón de dólares en 2008 con la ayuda de la Autoridad Espacial de California, el premio sigue sin dueño. Además, el programa en curso de Utilización de Recursos In Situ de la agencia está actualmente observando distintas tecnologías para extraer oxígeno de las rocas lunares.

Ahora, Derek Fray, químico de materiales de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, y sus colegas han logrado una solución potencial modificando un proceso electroquímico que inventaron en 2000 para lograr metales y aleaciones a partir de óxidos de metal1. El proceso usa el óxido — también encontrado en rocas marcianas — como cátodo, junto con un ánodo hecho de carbono. Para lograr el flujo de corriente en el sistema, los electrodos se sitúan en una solución de electrolito de cloruro cálcico fundido (CaCl2), una sal común con un punto de fusión de casi 800 °C.

Ánodo erosionado

La corriente arranca los átomos de oxígeno de las bolitas de óxido de metal, las cuales están ionizadas y se disuelven en la sal fundida. Los iones de oxígeno cargados negativamente se mueven a través de la sal fundida hacia el ánodo donde logran sus electrones extra y reaccionan con el carbono para producir dióxido de carbono — un proceso que erosiona el ánodo. Mientras tanto, el metal puro se forma sobre el cátodo.

Para hacer que el sistema produzca oxígeno y no dióxido de carbono, Fray tuvo que hacer un ánodo no reactivo. Esto fue crucial: "son esos ánodos, no funciona", dice Fray. Descubrió que el titanato de calcio, que es un mal conductor eléctrico por sí mismo, se hace mucho mejor conductor cuando se le añade algo de rutenato de calcio. Esta mezcla produjo un ánodo que apenas se erosionaba — tras hacer funcionar el reactor durante 150 horas, Fray calculó que el ánodo se desgastaría unos tres centímetros al año.

En sus pruebas, Fray y sus colegas usaron una roca lunas simulada conocida como JSC-1, desarrollada por la NASA. Fray adelanta que tres reactores, cada uno de un metro de alto, serían suficientes para generar una tonelada de oxígeno al año en la Luna. Se necesitan tres toneladas de roca para producir una de oxígeno, y en las pruebas el equipo vio una recuperación del oxígeno de casi el 100%, comenta. Fray presentó sus resultados la semana pasada en el Congreso de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada en Glasgow, Reino Unido.

Para calentar el reactor en la Luna se necesitaría una pequeña cantidad de energía, señala Fray, y el propio reactor puede aislarse térmicamente para mantener el calor en él. "No sería un problema", comenta. Los tres reactores necesitarían aproximadamente 4,5 kilovatios de potencia — no mucho más de lo que se usa para calentar un calefactor eléctrico de un hervidor doméstico — la cual podría suministrarse mediante paneles solares o incluso un pequeño reactor nuclear situado en la Luna.

Con un aporte extra de 10 millones de libras (16,5 millones de dólares), Fray dice que sería capaz de desarrollar un "prototipo robusto" de un reactor mayor que podría ser manejado de forma remota. Actualmente está trabajando junto con la Agencia Espacial Europea para lograr este objetivo.

Autoensamblaje

Una técnica similar para la extracción de oxígeno está siendo desarrollada por Donald Sadoway en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Cambridge, Massachusetts, pero su proceso funciona a una temperatura mucho mayor de unos 1600 °C — lo cual significa que la roca lunar se funde y puede actuar como electrolito ella misma. Produce metal fundido, incluyendo hierro, el cual cae al fondo. Fray dice que su proceso es más eficiente debido a que funciona a una temperatura más baja, pero Sadoway insiste en que la electrólisis de sal fundida, como se conoce a su técnica, recupera de todos sitios el calor extra que necesita. "En el proceso de Derek, la sal fundida le permite funciona a una temperatura mucho más baja", dice Sadoway, "pero aún tiene que consolidar la roca lunar en una forma sólida". Esto es a menudo difícil debido a la naturaleza de arena fina de la roca lunar, comenta.

El reactor de Sadoway podría incluso construirse a sí mismo. El interior estaría hecho de regolito lunar — los restos polvorientos que forman la superficie lunar — calentado eléctricamente para fundirlo, y el exterior sería de regolito sólido enfriado. "Formamos el muro del reactor permitiendo que el regolito fundido se congele", dice, pero admite que iniciar el proceso es "complejo".

Sadoway dice que con suficiente patrocinio, podría tener su sistema a escala en dos años. Su proceso ha sido preseleccionado por la NASA y está recibiendo algo de patrocinio de la agencia. "Una vez solucionado el problema de los materiales en la escala de laboratorio deberíamos ser capaces de avanzar rápidamente", señala.

Fuente | Ciencia Kanija

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Astrónomos no profesionales descubren unas 150 estrellas dobles


Un equipo de astrónomos no profesionales, pertenecientes a la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA) y liderado por el emeritense Francisco Rica, ha descubierto unas 150 estrellas dobles no observadas ni conocidas por ningún astrofísico.

Francisco Rica, en un comunicado remitido a Efe, da cuenta de este hallazgo y explica que un porcentaje elevado de las estrellas que se ven por la noche en el cielo realmente están acompañadas por otras, que giran sin cesar la una alrededor de la otra en cuestión de décadas o siglos, por lo que se les llama estrellas dobles.

Precisa que este tipo de objetos son fundamentales para los astrofísicos ya que permiten conocer de forma directa uno de los parámetros estelares más importantes, el peso de las estrellas.




Rica explica que cada miembro del equipo ha tenido un papel importante en la investigación, en la que él ha realizado el trabajo de coordinación, edición y análisis astrofísico de las más de 300 estrellas estudiadas.

Destaca que el astrónomo cordobés Rafael Benavides fue quien realizó los descubrimientos y, durante el año y medio que duró la investigación, expertos y conocidos astrónomos amateurs de Cataluña y Valencia han realizado más de 1.071 fotografías con cámaras digitales especiales diseñadas para trabajos en Astronomía.

En el ámbito no profesional, según Francisco Rica, este trabajo es uno de los más importantes realizados en este campo de investigación en los últimos años, por lo que ha sido enviado a la editorial de una importante revista norteamericana, editada por la Universidad de Alabama del Sur, para su publicación en breve.

Aunque los miembros del grupo de investigadores son españoles, también pertenecen o colaboran con la Sección de Estrellas Dobles de la LIADA, una de las principales entidades astronómicas de Latinoamérica.

De la mano de Francisco Rica, este grupo comenzó su andadura investigadora en 2001 y actualmente, según su impulsor, es uno de los más importantes y conocidos del mundo en este campo de la investigación.

Así, ha publicado trabajos en revistas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Argentina y España.

Además, el grupo calcula órbitas, algo que sólo dos astrónomos no profesionales hacen en el mundo, y publicó un póster científico en un simposio profesional celebrado en Praga en 2006, al que asistieron más de 2.000 astrofísicos, en un encuentro que fue muy conocido por estudiar la degradación del planeta Plutón.

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Más sobre la misteriosa mancha de Venus



La semana pasada surgió una misteriosa mancha en Venus, y los astrónomos no están seguros de qué la ha causado. Esperan que futuras observaciones revelarán si la actividad volcánica, turbulencias en la atmósfera del planeta, o partículas cargadas procedentes del Sol son los culpables.

El astrónomo aficionado Frank Melillo de Holtsville, Nueva York, fue el primero en observar la nueva característica, que es más brillante que sus alrededores en longitudes de onda ultravioleta, en el hemisferio sur del planeta el pasado 19 de julio. El mismo día, un observador aficionado de Australia encontraba una mancha oscura en Júpiter que había sido causada por un impacto de meteorito.



La mancha de Venus fue confirmada por otros observadores y en imágenes de la sonda europea Venus Express, la única nave en órbita alrededor del planeta, que más tarde reveló que la mancha había aparecido al menos cuatro días antes de que Melillo la viera.

Las observaciones demuestran que la mancha ya se había extendido algo a finales de la semana pasada, y los astrónomos están esperando observaciones más recientes de Venus Express.

La mancha es brillante en longitudes de onda ultravioleta, lo cual puede ir contra que la causa sea el impacto de un meteoroide. Esto se debe a que los cuerpos rocosos, con la excepción de aquellos muy ricos en hielo de agua, debería causar que el lugar de impacto se oscureciera en longitudes de onda ultravioletas dado que lo llena con restos que absorben tal luz, dice Sanjay Limaye de la Universidad de Wisconsin-Madison y miembro del equipo de Venus Express.

¿Potente erupción?

Otra posibilidad es que una ráfaga de partículas cargadas procedentes del Sol haya creado el resplandor energizando una zona de la atmósfera superior. Alternativamente, las ondas en la atmósfera, que disparan turbulencias y se cree que portan material arriba y abajo, podrían haber concentrado material brillante para crear la mancha.

Una erupción volcánica es otro de los sospechosos. Venus alberga más volcanes que ningún otro planeta del Sistema Solary casi el 90% de su superficie está cubierta con flujos de lava basáltica, aunque no se ha encontrado ningún “arma humeante” de actividad volcánica actual. Pero una erupción tendría que haber sido muy potente para atravesar las densas capas de la atmósfera de Venus y crear la mancha a unos 65-70 km de la superficie del planeta.

“Huelga decir que algo inusual tuvo lugar en Venus. Desafortunadamente, no sabemos qué fue”, dijo Limaye a New Scientist.

Gases volcánicos

Dos espectrómetros a bordo de Venus Express podrían ayudar a revelar el culpable. Uno mide directamente el espectro de luz que emana del planeta, mientras que el otro puede medir trazas de componentes de la atmósfera midiendo cómo los gases absorben la luz solar.

Estos instrumentos podrían revelar cambios en la distribución de las partículas en la atmósfera y mayores concentraciones de moléculas tales como el dióxido de azufre, que podría sugerir erupciones volcánicas.

Si el culpable es un volcán, demostrarlo será difícil. Incluso si Venus Express encuentra niveles de dióxido de azufre superiores a la media en la atmósfera, la observación podría explicarse mediante procesos no volcánicas, advierte Limaye. La luz solar puede descomponer en ácido sulfúrico de las nubes de Venus para crear dióxido de azufre, el cual puede que no se distribuya equitativamente en la atmósfera del planeta.

Mundo misterioso

Esta no es la primera vez que los astrónomos han observado características brillantes en la atmósfera de Venus. Las manchas brillantes se han visto desde la Tierra desde hace décadas, aunque no se han explicado con claridad, dice Limaye.

El drástico aumento de brillo más reciente tuvo lugar en enero de 2007, cuando áreas tanto del hemisferio norte como sur del planeta aumentaron de brillo. Debido a que esta es una mancha localizada, esta nueva característica parece diferente, pero igualmente misteriosa.

“Esto demuestra lo mucho que desconocemos sobre Venus”, dice Limaye. En cierta forma, Venus es un planeta más simple que la Tierra – no tiene océanos y debido a su eje de giro casi vertical, prácticamente no tiene estaciones, añade.

Pero los científicos planetarios aún no comprenden lo que hace que la atmósfera del planeta gire 60 veces más rápido que el propio planeta. Un extraño doble vórtice en el polo sur del mismo también sigue sin explicación.

Fuente | Ciencia Kanija


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La paradoja de Fermi apunta a menos de diez civilizaciones ET


La ausencia de sondas alienígenas visitando nuestro Sistema Solar coloca severas limitaciones en el número de civilizaciones avanzadas que podrían estar explorando la galaxia.

La Paradoja de Fermi se centra en la existencia de civilizaciones avanzadas por toda la galaxia. Si las civilizaciones están ahí fuera – y muchos análisis sugieren que la galaxia debería rebosar vida — ¿por qué no los hemos visto?

Hoy, Carlos Cotta y Álvaro Morales de la Universidad de Málaga en España añaden otro ángulo a la discusión. Una línea de pensamiento es la velocidad a la que una civilización lo bastante avanzada podría colonizar la galaxia. Distintos análisis sugieren que usando una nave que viaje a un décimo de la velocidad de la luz, el frente de onda de la colonización podría necesitar 50 millones de años para barrer la galaxia. Otros han calculado que puede estar más cerca de los 13 000 millones de años, lo que puede explicar la ausencia de ETs.





Cotta y Morales toman una perspectiva distinta al estudiar cómo sondas automáticas enviadas antes de la colonización podrían explorar la galaxia. Obviamente, éstas podrían avanzar mucho más rápido que el frente de onda de la colonización. El escenario implica una civilización enviando 8 sondas, cada una de ellas equipada con subsondas menores para estudiar regiones que visiten las sondas nodriza.

Este no es un escenario nuevo. Un cálculo anterior sugiere que en unos 300 millones de años 8 de estas sondas podrían explorar apenas un 4 por ciento de la galaxia. La cuestión que Cotta y Morales se hacen es: ¿qué pasaría si varias civilizaciones avanzadas estuvieran explorando la galaxia al mismo tiempo? Seguramente, si suficientes civilizaciones avanzadas estuvieran explorando a la vez, una de sus sondas terminaría visitando el Sistema Solar. Por lo que el hecho de que no hayamos visto ninguna establece un límite a cuántas civilizaciones puede haber allí fuera.

Los números con lo que aparecen Cotta y Morales dependen crucialmente del tiempo de vida de las sondas que hacen la exploración (y obviamente del número de sondas que cada civilización lanza). Dicen que si cada sonda tiene un tiempo de vida de 50 millones de años y que las pruebas de su visita en el Sistema Solar duran aproximadamente un millón de años, no puede haber más de 1000 civilizaciones avanzadas actualmente.

Pero si estas sondas pueden dejar pruebas de su visita durante 100 millones de años, puede que no haya más de 10 civilizaciones ahí fuera.

Por supuesto, puede que aún no hayamos descubierto las pruebas aún. Y cuando finalmente encontremos el obelisco negro en la Luna, la paradoja se resolverá.

Fuente | Ciencia Kanija

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