Un planeta rocoso extrasolar conocido por tener temperaturas extremas puede también estar cubierto por volcanes.
El planeta, CoRoT-7b se confirmó que orbitaba una estrella a unos 480 años luz de distancia en octubre. Aunque tiene una superficie rocosa, es improbable que albergue vida debido a que está demasiado cerca de su estrella madre – las temperaturas puede que alcancen los 2200 grados Celsius en su lado diurno y los -210 en el nocturno.
Nuevas pruebas sugieren que este hostil planeta es incluso menos amigable para la vida: A menos que la órbita del planeta sea casi perfectamente circular, podría también estar sufriendo feroces erupciones volcánicas, según anunciaron los astrónomos en la 215 reunión de la Sociedad Astronómica Americana.
CoRoT-7b podría ser incluso más activo volcánicamente que Ío, la luna de Júpiter, que tiene más de 400 volcanes y es el cuerpo más activo volcánicamente del Sistema Solar.
“Si las condiciones son las que especulamos, entonces CoRoT-7b podría tener múltiples volcanes entrando en erupción continuamente y magma fluyendo por toda la superficie”, dijo Rory Barnes de la Universidad de Washington en Seattle.
El vulcanismo tiene implicaciones para el desarrollo de la vida, debido a que continuamente rehace la superficie del planeta, haciendo complicado que los organismos logren un asidero. Estudios anteriores de CoRoT-7b también sugieren que la atmósfera del planeta está hecha de roca evaporada que puede llover sobre la superficie cada cierto tiempo.
Barnes y sus colegas creen que CoRoT-7b puede ser tan volcánico en parte debido a que se sitúa tan cerca de su sol, a una distancia de 2,5 millones de km, o 60 veces más cerca de lo que la Tierra está del Sol.
Cualquier desviación de una órbita circular – incluso apenas 250 km, de acuerdo a los cálculos de Barnes – provocarían que CoRoT-7b recibiera un significativo tirón gravitatorio del siguiente planeta en el sistema. Estas fuerzas de marea provocarían que la superficie del planeta se flexionara y distorsionara, lo cual dispararía el vulcanismo.
La Tierra también experimenta fuerzas de marea, pero sus océanos absorben esta energía.
“CoRoT-7b casi con certeza carece de océanos. Un planeta en una órbita no circular experimenta distintas cantidades de fuerza gravitatoria a lo largo de los distintos puntos de su órbita, sintiendo el mayor tirón gravitatorio cuando está más cerca de su estrella, y el más débil cuando está más lejos”, explica Barnes. “Cuando el planeta se mueve entre estos dos puntos, se estira y relaja. Esta flexión produce fricción que caliente el interior del planeta dando como resultado vulcanismo en la superficie”.
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