Koss y sus colegas utilizaron un telescopio óptico terrestre para dar seguimiento a 260 AGNs identificados por el SWIFT. Se observó que un número sorprendentemente alto de ellos (hasta un 25%) se encontraban dentro de parejas de galaxias en proceso de fusión. “Vimos fuertes signos de alteración en estas parejas, lo que indica que la fusión se estaba produciendo”, dice Koss, quien agregó que las galaxias individuales en estas parejas aparecen muy distorsionadas como si la colisión las rompiera en pedazos. “Puede que el 60% de estas galaxias se fusionen por completo en los próximos mil millones de años”.
Los investigadores han llegado a la conclusión de que la fusión violenta de dos galaxias en espiral y sus agujeros negros creando un agujero negro supermasivo puede ser lo que le de la energía al AGN. El proceso podría llevar grandes cantidades de gas y polvo hacia el agujero negro, provocando la expulsión de una intensa energía desde el objeto, dice Neil Gehrels, físico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y miembro del equipo de investigación.
Los resultados, anunciados en una conferencia de prensa el 26 de mayo, se publicarán en la edición del 20 de junio de The Astrophysical Journal.
“Es un gran resultado” que permite a los investigadores “descubrir el truco de cómo se activan los AGNs”, dice Karl Gebhardt, un astrónomo de la Universidad de Texas en Austin, que no participó en el estudio. “La muestra es bastante concluyente que AGNs y fusiones están relacionados.” Sin embargo, dice, los investigadores todavía necesitan hacer estudios más detallados para comprender “si el gas llega al centro impulsado por una fusión real” o “simplemente por dos galaxias pasando una junto a la otra”.
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