Últimas confesiones de una estrella


Viernes, 14 de marzo

Explorando una brillante burbuja de polvo y gas que oculta en su interior una estrella que se aproxima al cierre de su ciclo vital, el Telescopio Espacial Hubble ha revelado todo un conjunto de intrincadas estructuras nunca observadas con anterioridad.

El objeto, denominado NGC 2371, es una nebulosa planetaria, el luminoso remanente de una estrella que en su día bien pudo parecerse a nuestro Sol. Esta antigua estrella visible hacia el centro de la nebulosa es el abrasador núcleo de la gigante roja anterior, etapa previa por la que atravesó la estrella que ahora se ha desprendido de sus capas externas. La superficie de este núcleo estelar se encuentra a una temperatura de unos 133 000 ºC.

Imagen: nebulosa planetaria NGC 2371, localizada a 4300 años-luz (1350 parsecs) hacia la constelación de Gemini. La imagen mide aproximadamente 1´6 años-luz (0´5 parsecs).

La imagen del Hubble muestra estructuras muy llamativas, destacando en particular unas prominentes nubes rosadas orientadas hacia orillas opuestas de la estrella central. El color rosa indica que son relativamente frías y densas en comparación al resto del gas de la nebulosa.

Resultan muy extraños los pequeños puntos que aparecen en gran número, también en lados diametralmente opuestos de la estrella central. Se trata posiblemente de pequeños grumos de gas denso que expelió la estrella a lo largo de una dirección específica. La dirección de estos jets ha ido cambiando a lo largo del tiempo desde hace unos miles de años. La razón de este comportamiento no es del todo comprendida, pero tal vez esté relacionada con la posible presencia de una segunda estrella que orbita la estrella central visible en la imagen.

Una nebulosa planetaria es una nube de gas en plena expansión expulsada por una estrella que se acerca al final de su existencia. La nebulosa brilla con gran intensidad debido a la radiación ultravioleta que emite el núcleo estelar remanente. Este residuo estelar alcanza temperaturas realmente prodigiosas. La nebulosa planetaria no durará más de unos miles de años, poco a poco se irá disipando a través del espacio; la estrella central se enfriará gradualmente hasta transformarse en una enana blanca, la fase final de la evolución de la gran mayoría de estrellas.

La imagen en falso color del Hubble de la nebulosa planetaria NGC 2371 se obtuvo utilizando cuatro filtros que detectan un rango estrecho de longitudes de onda correspondientes a la luz emitida por elementos químicos específicos: azufre, nitrógeno, hidrógeno y oxígeno. Se ha asignado un color para representar cada imagen monocromática: rojo para el azufre y el nitrógeno, verde para la emisión H alpha del hidrógeno, y azul para el oxígeno. De este modo es posible resaltar al máximo todos los detalles del objeto.


Noticia tomada de:

http://www.astroenlazador.com/

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