La semana pasada surgió una misteriosa mancha en Venus, y los astrónomos no están seguros de qué la ha causado. Esperan que futuras observaciones revelarán si la actividad volcánica, turbulencias en la atmósfera del planeta, o partículas cargadas procedentes del Sol son los culpables.
El astrónomo aficionado Frank Melillo de Holtsville, Nueva York, fue el primero en observar la nueva característica, que es más brillante que sus alrededores en longitudes de onda ultravioleta, en el hemisferio sur del planeta el pasado 19 de julio. El mismo día, un observador aficionado de Australia encontraba una mancha oscura en Júpiter que había sido causada por un impacto de meteorito.
La mancha de Venus fue confirmada por otros observadores y en imágenes de la sonda europea Venus Express, la única nave en órbita alrededor del planeta, que más tarde reveló que la mancha había aparecido al menos cuatro días antes de que Melillo la viera.
Las observaciones demuestran que la mancha ya se había extendido algo a finales de la semana pasada, y los astrónomos están esperando observaciones más recientes de Venus Express.
La mancha es brillante en longitudes de onda ultravioleta, lo cual puede ir contra que la causa sea el impacto de un meteoroide. Esto se debe a que los cuerpos rocosos, con la excepción de aquellos muy ricos en hielo de agua, debería causar que el lugar de impacto se oscureciera en longitudes de onda ultravioletas dado que lo llena con restos que absorben tal luz, dice Sanjay Limaye de la Universidad de Wisconsin-Madison y miembro del equipo de Venus Express.
¿Potente erupción?
Otra posibilidad es que una ráfaga de partículas cargadas procedentes del Sol haya creado el resplandor energizando una zona de la atmósfera superior. Alternativamente, las ondas en la atmósfera, que disparan turbulencias y se cree que portan material arriba y abajo, podrían haber concentrado material brillante para crear la mancha.
Una erupción volcánica es otro de los sospechosos. Venus alberga más volcanes que ningún otro planeta del Sistema Solary casi el 90% de su superficie está cubierta con flujos de lava basáltica, aunque no se ha encontrado ningún “arma humeante” de actividad volcánica actual. Pero una erupción tendría que haber sido muy potente para atravesar las densas capas de la atmósfera de Venus y crear la mancha a unos 65-70 km de la superficie del planeta.
“Huelga decir que algo inusual tuvo lugar en Venus. Desafortunadamente, no sabemos qué fue”, dijo Limaye a New Scientist.
Gases volcánicos
Dos espectrómetros a bordo de Venus Express podrían ayudar a revelar el culpable. Uno mide directamente el espectro de luz que emana del planeta, mientras que el otro puede medir trazas de componentes de la atmósfera midiendo cómo los gases absorben la luz solar.
Estos instrumentos podrían revelar cambios en la distribución de las partículas en la atmósfera y mayores concentraciones de moléculas tales como el dióxido de azufre, que podría sugerir erupciones volcánicas.
Si el culpable es un volcán, demostrarlo será difícil. Incluso si Venus Express encuentra niveles de dióxido de azufre superiores a la media en la atmósfera, la observación podría explicarse mediante procesos no volcánicas, advierte Limaye. La luz solar puede descomponer en ácido sulfúrico de las nubes de Venus para crear dióxido de azufre, el cual puede que no se distribuya equitativamente en la atmósfera del planeta.
Mundo misterioso
Esta no es la primera vez que los astrónomos han observado características brillantes en la atmósfera de Venus. Las manchas brillantes se han visto desde la Tierra desde hace décadas, aunque no se han explicado con claridad, dice Limaye.
El drástico aumento de brillo más reciente tuvo lugar en enero de 2007, cuando áreas tanto del hemisferio norte como sur del planeta aumentaron de brillo. Debido a que esta es una mancha localizada, esta nueva característica parece diferente, pero igualmente misteriosa.
“Esto demuestra lo mucho que desconocemos sobre Venus”, dice Limaye. En cierta forma, Venus es un planeta más simple que la Tierra – no tiene océanos y debido a su eje de giro casi vertical, prácticamente no tiene estaciones, añade.
Pero los científicos planetarios aún no comprenden lo que hace que la atmósfera del planeta gire 60 veces más rápido que el propio planeta. Un extraño doble vórtice en el polo sur del mismo también sigue sin explicación.
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